El UCAM Murcia CF anunció ayer por la tarde la llegada de su duodécimo refuerzo en el presente mercado de fichajes. Tras la incorporación de un defensa, Albizua, ahora ha decicido reforzar el ataque con el delantero Pere Milla.

El catalán, de 23 años, es un jugador contrastado en Segunda B, gracias a sus notables cifras y actuaciones en la última temporada -18 goles-, a pesar de no ser un nueve al uso, militando en las filas de la UD Logroñés.

Estos números le valieron para que un club de Primera División, el Eibar, se fijara en él y finalmente efectuara su fichaje. El conjunto armero lo ha cedido ahora al UCAMcon la intención de que crezca como jugador adquiriendo experiencia en Segunda División en un club sin extremada exigencia como el universitario.

Su primer club profesional fue el Lleida Esportiu, equipo de la ciudad donde nació. También pasó por el filial del Getafe, pero no llegó a tener la oportunidad de debutar con el conjunto azulón en Primera División.

Pere Milla llega al equipo azuldorado con la tarea de potenciar las cifras goleadoras de este, principal carencia del UCAM la campaña pasada, que parece no estar solventada en el arranque de esta pretemporada. El conjunto universitario ha disputado, hasta el momento, tres amistosos en los que ha encajado un solo gol, frente al Levante, pero no ha conseguido transformar ninguno.

El fichaje de este delantero puede precipitar la salida, antes del cierre del mercado de traspasos, de alguno de los atacantes que ahora mismo tiene disponibles José María Salmerón. Sin contar a Milla son tres: Jona, Aguilar y Pallarés.

Este último es el que tiene más opciones de abandonar el club. Un jugador que estuvo en entredicho gran parte de la temporada pasada, pero que finalmente acalló las críticas con sus goles en momentos importantes. Suyo fue el tanto que le dio la victoria al UCAM en Nueva Condomina que, indudablemente, produjo un punto de inflexión. Y también firmó el gol que dio la tranquilidad y rubricó el ascenso en el partido de vuelta frente al filial madridista.

Veinticinco fichas son las que tiene ocupadas el club universitario, las permitidas. Si quisiera incorporar algún otro jugador, tendría que abrirle la puerta a alguno de sus hombres.