­Las pretensiones del FC Cartagena son ambiciosas, tanto que los propios dirigentes del club han dicho una y otra vez que todo lo que no sea alcanzar los 6.000 carnés vendidos esta temporada podría ser para ellos una decepción y un fracaso. Sin embargo, los números que sostienen la campaña de abonados de la presente temporada, una vez que han transcurrido ya 26 días desde que se diera el pistoletazo de salida, dicen que la afición no termina de engancharse aún al segundo proyecto liderado por Paco Belmonte. ¿Cuáles son los motivos? Desde la propiedad prefieren ser cautos, esperar a ver qué ocurre en esta segunda quincena de julio, y una vez que el 4 de agosto finalice el periodo de reserva de localidades para los abonados, analizar los resultados para ver si sigue la tendencia a la baja antes de extraer más conclusiones y entrar en pánico.

Lo cierto, según los datos comparativos de una y otra temporada, es que el FC Cartagena ha vendido cerca de un 70% de abonos menos que el año pasado a estas alturas. Si bien es cierto que en este 2016 la campaña ha arrancado mucho antes que en 2015, pero también lo es, por contra, el hecho de que el club haya estado trabajando en la configuración de su plantilla desde el pasado mes de junio, anunciando las renovaciones del cuerpo técnico y de un considerable grupo de jugadores de la temporada anterior.

Las circunstancias del año pasado no son aplicables a éste. Los aficionados vieron en la presencia de los nuevos dirigentes la esperanza de cambiar el futuro inmediato del club, de volver a pensar en el ascenso como única premisa y olvidarse de una vez por todas del angustioso pasado que a punto estuvo de llevar al club a Tercera División.

Si a eso le sumamos que la contratación de Víctor Fernández como entrenador supuso una auténtico bombazo para los aficionados, es entendible que mucha gente antes desilusionada volviera a recuperar el optimismo y adquirir su carné. Víctor fue, sin lugar a duda, uno de los principales reclamos el verano pasado y, probablemente, quien agitara la venta de abonos durante un buen número de jornadas.

Otro aspecto que no se debe olvidar es la agresiva campaña de precios lanzada desde el club la temporada anterior. Cabía la posibilidad de abaratar el precio del carné si el socio traía consigo a un aficionado que se inscribiera por primera vez, algo que funcionó a las mil maravillas.

Tres puntos los reseñados que impulsaron la cifra de abonados hasta el punto de conseguir un récord de carnés vendidos en una temporada en Segunda División B, con 5.400 abonados.

Ahora la situación no es la misma. Ha llegado la estabilidad económica y deportiva e incluso se ha mejorado una plantilla a priori importante, pero los aficionados aguantan a ver qué ocurrirá en pretemporada o cómo funcionará el equipo en los amistosos, para dar el paso definitivo.

Belmonte y los suyos esperan que agosto sea diferente, y es que, recordemos, gran parte del presupuesto por el que se sostiene este FC Cartagena se debe al ingreso que hacen los abonados por la compra de su carné en estos días estivales. En la temporada anterior el club recaudó más de 450.000 euros en este sentido, lo que hizo que el 50% del gasto que se produjo loo absorbiesen los seguidores cartageneristas con sus carnés.