Es verdad que después de una temporada que acabó en fracaso por mil circunstancias, la más grave que no se logró el ascenso a Segunda, el nuevo cuerpo técnico y la dirección deportiva tomaron la decisión de no renovar el contrato de ninguno de los jugadores que el 30 de junio acababa su vinculación con el Real Murcia. Al margen de negociaciones y a pesar de que la responsabilidad de las decisiones más cruciales las están tomando Paco García como entrenador y Guillermo Fernández Romo como secretario técnico, el nuevo organigrama murcianista asume también una serie de riesgos notables al querer romper con el pasado de una forma tan drástica que podría resultar perjudicial si no aparecen jugadores que aumenten, por ejemplo, el rendimiento que el curso pasado le dieron al Murcia de Aira el mediapunta Fran Moreno y el defensa Tomás Ruso, dos que probablemente habrían sido de mucha utilidad para la plantilla del proyecto para la siguiente temporada.

Siete jugadores terminaron su vinculación con la entidad el 30 de junio. El portero Fernando, los defensas Satrústegui y Tomás Ruso; los centrocampistas Javi López y Sergi Guilló; y los delanteros Gorka Azkorra y Carlos Álvarez. Y en esta tesitura, el cuerpo técnico y la dirección deportiva recibieron la confianza necesaria para descartar la continuidad de todos estos jugadores, a pesar de que algunos de ellos tuvieron mucho que ver con el hecho de que el Murcia del curso pasado firmara una racha de 21 jornadas seguidas como líder del Grupo IV de Segunda B.

Entre los no renovados hay jugadores para todos los gustos, unos más queridos y otros menos, unos con más calidad y otros con más oficio, pero con los números en la mano, en dos casos concretos el Murcia asume riesgos que ya se verá si eran o no innecesarios.

Cuando Gorka Azkorra se lesionó en la primera vuelta antes de jugar ante el Sevilla Atlético, nadie sabía qué sería capaz de hacer sobre el campo Fran Moreno. Sin embargo, el futbolista navarro, con el único 'pero' de que los problemas musculares no le permitieron estar al cien por cien todo el campeonato, dejó claro que en sus botas había calidad y polivalencia. Ningún jugador de la plantilla que dirigió José Manuel Aira anotó cuatro goles disputando solo quince partidos como titular. Fran Moreno sí lo hizo. Al mismo tiempo que Azkorra perdía protagonismo, el exjugador de Osasuna lo iba ganando y si perdió algo de brillo fue porque las piernas de un veterano aportan mucha confianza, pero también son más propensas a las lesiones que las de un canterano recién subido al primer equipo. Un centro buscando la línea de fondo, capacidad para el regate, oficio y olfato goleador son las cualidades que pierde la plantilla en el momento que se decide no apostar por la continuidad del también exfutbolista del Numancia.

En la posición que actuaba Fran Moreno en el Murcia, la misma que Azkorra, es decir, de segundo delantero pero jugando fuera del área, se le recriminó mucho a José Manuel Aira que nunca se decantara por alguien de calidad en el pase como Chavero para la media punta, salvo en contadas ocasiones. Por eso no es descartable tampoco que el cuerpo técnico que comanda Paco García desde el banquillo tenga ya claro dónde van a ubicar a un Chavero que el curso pasado, incluso siendo el mejor del equipo y el máximo goleador de la plantilla con doce tantos, perdió mucho protagonismo escorado en la banda izquierda, el sitio donde más le gustaba a Aira.

Y si el caso de Fran Moreno se puede calificar de llamativo, otra sorpresa es que el defensa que en teoría llegó para ser suplente el curso pasado y terminó siendo el que más minutos intervino y una de las mejores incorporaciones del verano, Tomás Ruso, tampoco ha tenido hueco en los planes de un Paco García que debe hilar fino para los dos defensas centrales que le faltan todavía para ir cerrando la plantilla. En el caso de Tomás Ruso, quien llegó desde el Huracán de Valencia, parece difícil de explicar qué más tuvo que haber hecho para ganarse una renovación en condiciones. Mientras que Satrústegui y Sobregrau se venían abajo por las lesiones, el alicantino se fue viniendo arriba y llegó a ser un muro antiaéreo para los rivales, ya que la inmensa mayoría de balones por alto que llegaban a la portería defendida por Fernando, eran repelidos por la cabeza de Ruso. Sin ser, evidentemente, un virtuoso con el balón en los pies, su cometido lo cumplió al cien por cien, más teniendo en cuenta que con 28 partidos como titular fue el jugador de la defensa que más intervino, por delante incluso del lateral zurdo Fernando Pumar, quien tras la marcha de Aira podría ver cómo este curso aparece otro lateral zurdo que, en vez de relleno, sea para competirle el puesto que tenía garantizado con el entrenador leonés en el banquillo grana.

El equipo que fue líder 21 jornadas, que llegó a tener una ventaja de nueve puntos sobre el UCAM y que en cierto momento adquirió un tono que desprendía un claro aroma a ascenso se va a parecer poco al que se verá en agosto. Y es que la revolución ha primado sobre la continuidad. Una apuesta respetable y hasta cierto punto lógica, siempre que se mejoren los números del último curso además de que, necesariamente, el nivel de acierto en las contrataciones debe ser notable para que nadie se acuerde de la gente a la que se le enseñó la puerta de salida.