Nada más llegar de Francia, Laura Gil Collado (Murcia, 24 de abril de 1992) pidió cita en la comisaría de policía para hacerse el pasaporte. No quería deja sin atar ningún detalla que le pudiera impedir viajar el próximo mes de agosto a Río de Janeiro, donde la selección española femenina, actual subcampeona del mundo, tendrá la oportunidad de volver a disputar unos Juegos Olímpicos. La mejor generación de jugadoras nacionales de la historia lo hará con posibilidades reales de subir al podio y más teniendo en cuenta que se encontrará a Estados Unidos en la primera fase y que, por tanto, ya no se volvería a cruzar con las americanas hasta una hipotética final.

Laura Gil no solo tiene preparado el pasaporte, sino también ha pensado ya dónde colocaría una medalla olímpica. Ella, que es la baloncestista española con más preseas con la selección española, acostumbrada a subir al podio de las competiciones europeas o mundiales desde que debutó siendo una adolescente en categoría sub-16 -tiene 5 oros, 6 platas y 1 bronce-, ya sabe en qué lugar privilegiado de su casa colocaría la presea de Río: «Hombre, para una medalla olímpica siempre hay sitio, se le hace hueco donde haga falta», dice.

A España le ha tocado en los Juegos el 'grupo de la muerte', pero las componentes miran el vaso medio lleno: «La verdad es que nos ha tocado un grupo bastante duro, pero no nos volveríamos a encontrar con Estados Unidos hasta bastante tarde, aunque el otro grupo también es fuerte y cualquiera puede ganar a cualquiera. Hay dos perspectivas, una es que no nos enfrentaríamos a Estados Unidos hasta la final, pero hay que ir partido a partido, sin pensar en el más allá», declara.

El camino hasta Río no ha sido fácil pese a que la selección lo ha convertido en sencillo. El Preolímpico era un arma de doble filo, ya que solo había cinco plazas en juego. «La verdad es que el resultado de los tres partidos fue demasiado amplio y parece que fueron fáciles, pero nada de eso. Tanto China como Corea son rivales complicados porque además, no estamos acostumbradas a jugar contra equipos asiáticos, donde todas tiran de tres en cualquier momento. Supimos parar sus puntos fuertes y tener partidos finales más tranquilitos», explica la murciana, quien ha iniciado ya sus merecidas vacaciones después de resolver también su futuro próximo y comprometerse para el próximo curso con el Perfumerías Avenida, el campeón español. Además, esta selección se ha acostumbrado a superar exámenes duros en los últimos tiempos, en los que ha sabido manejar bien la presión, como ocurrió en el choque de cuartos de final, el decisivo: «Lo cierto es que jugamos con mucha presión porque de perder solo quedaba una plaza en juego, pero nosotras estábamos en los que estábamos, sin pensar en nada más, porque de lo contrario las muñecas sí se habrían encogido», dice, para añadir que «a estos niveles siempre se juega con presión, que hasta cierto punto es buena, pero sin pasarse de la ralla».

Laura Gil está en plena madurez. La pasada campaña, en el modesto pero competitivo Cadí La Seu, lo demostró: «La temporada ha sido positiva a nivel individual, ya que he dado un pasito más adelante en el equipo. A nivel colectivo, fue una pena empezar perdiendo los tres primeros partidos de liga, que nos influyeron bastante porque no tuvimos opciones de meternos en la Copa de la Reina, y al final, por un triple empate nos quedamos fuera de las semifinales. Fue una pena, pero estoy contenta con el trabajo a nivel individual y en equipo», recuerda. Pero en la faceta del juego donde más evolucionado Gil ha sido en ataque: «Era mi segundo año en La Seu y he asumido más responsabilidades, echándome el equipo a las espaldas es ocasiones», explica.

El rendimiento de Gil en defensa siempre ha estado fuera de duda, pero ahora, después de una larga trayectoria en la máxima categoría del baloncesto femenino español, ha entrado en otra fase: «Ahora me siento más importante, todo son procesos y el mío está ahí ahora, en mejorar en ataque. Seguro que siempre hay algo que mejorar en defensa, pero es un valor seguro porque aunque tengas un día malo, siempre estás para defender», comenta.

La próxima temporada regresa al Perfumerías Avenida, con el que fue campeón de Europa cuando era senior de primer año. Ahora es diferente, tendrá un rol importante en equipo de gran nivel, que aspira a ganar la Euroliga: «Es una plantilla muy larga, vamos a jugar doble competición y voy a darlo todo para que el entrenador tenga que pensar a ver quién pone en pista», dice una pívot que llega con la ventaja de haber coincidió dos años ya con el técnico que dirigirá al equipo, aunque piensa «que cada año es diferente».

Laura Gil disfruta en la playa -«a ver si tomo algo de sol, que falta me hace»- de las vacaciones, pero ya tiene la mirada puesta en el 21 de julio, que será cuando vuelva al trabajo con la selección para preparar Río 2016.