Era una de las renovaciones más esperadas y una de las peticiones en las que más hincapié había hecho el entrenador, Alberto Monteagudo. El dueño del Cartagena, Paco Belmonte, también ha trabajado con ahínco para que la continuidad de Quique Rivero finalmente haya sido posible. En el club albinegro entienden que si el equipo quiere aspirar al ascenso esta temporada, el líder que debe orquestar a los demás sobre el césped es el de Cabezón de la Sal.

La de este centrocampista de 24 años es la séptima renovación que ha anunciado el Cartagena. La primera fue la del central Gonzalo Verdú, el 23 de mayo, a la que en algo más de un mes le han acompañado las de Moisés, Limones, Jesús Álvaro, Juanlu, Cristo y el ya mencionado Rivero. A esta lista hay que añadir a Ceballos, Sergio Jiménez, Chus Hevia y Sergio García, que ya tenían contrato en vigor, y a los recién llegados Óscar Rico, Fernando y Marcos Morales, el portero del Mar Menor que ocupa plaza sub-23 y viene para sustituir a Manzanares.

En total son 14 los integrantes con los que ya cuenta el técnico Alberto Monteagudo para empezar a trabajar. La idea inicial, según contó Belmonte a LA OPINIÓN, es que el grupo se ponga en marcha el 12 de julio, a ser posible con el mayor número de personas posibles para que lleguen a punto al inicio de liga, previsto para mediados o finales de agosto (el año pasado empezó el día 22).

Otro de los planes del propietario albinegro es que la plantilla la formen 20 jugadores, tal y como ya contó este periódico hace dos semanas. Si se cumple, al Cartagena le quedaría reforzar la plantilla con un centrocampista más, un defensa (la opción preferida es la de un central que también pueda ocupar el lateral izquierdo) y un delantero. En la punta de ataque continúa sonando el nombre de Pedro Conde, del Mérida, pero Belmonte ya comentó que esta opción puede demorarse unas semanas: tiene una oferta en firme, pero Conde quiere esperar a una propuesta de Segunda.

El resto de plazas quedarían libres para jugadores sub-23, como un lateral derecho y un extremo. El cartagenero Hicham es un nombre apuntado en la agenda del club, pero su juventud (21 años) y sus goles (11 la temporada pasada con el Almería B) lo convierten en un perfil muy apetecible para otros equipos. Hicham sigue a la espera de lo que decida hacer con él Soriano, el entrenador del primer equipo.

Mientras tanto, en el Cartagena están satisfechos por la continuidad del cerebro Quique Rivero, imprescindible en las alineaciones de Alberto Monteagudo. El cántabro ha sido el acompañante de Sergio Jiménez en el doble pivote en buena parte de la temporada (ha jugado 21 partidos como titular), pese a su falta de continuidad: unos problemas en el tobillo, luego en el pubis y finalmente un proceso de sindesmosis le hicieron perderse más de dos meses de competición, en la que llegó a acumular un total de 1.982 minutos. La intención del club albinegro era ofrecerle dos años de contrato (con un aumento de sueldo), aunque la renovación anunciada ayer tendrá vigencia para la temporada 2016-17.

La trayectoria deportiva de Rivero, con un debut en Primera con el Racing de Santander y un par de temporadas en Segunda con el Tenerife, hacían del cántabro otro jugador a seguir en la categoría. De hecho, la demora de su renovación llega como consecuencia de las ofertas que tenía el centrocampista sobre la mesa. Una de las opciones que barajaba era volver a Santander, el equipo de su tierra y del que se considera un seguidor más. Los de Pedro Munitis, eliminados definitivamente de la lucha por el ascenso, continuarán una temporada más en Segunda B. Hasta el anuncio de ayer, Rivero se había tomado unas semanas para reflexionar y tomar una decisión.