Cuarenta días ha consumido el calendario desde que el Fútbol Club Cartagena disputara su último partido liguero de la temporada 2015/216. Un periodo de tiempo que los artífices de la clasificación del equipo para la próxima edición de la Copa del Rey han invertido en disfrutar del descanso que se les niega mientras está en marcha la competición oficial. En el polo opuesto se encuentran los responsables del club, que siguen pendientes de cualquier movimiento que pueda producirse en el mercado para abordar la contratación de los futbolistas necesarios para completar el plantel.

Por el horizonte ya se deja ver el regreso a la actividad de quienes vestirán la elástica albinegra a lo largo y ancho de la campaña venidera. El inicio de la pretemporada está fijado para el próximo 11 de julio, día en el que los jugadores disponibles se situarán a las órdenes de Alberto Monteagudo dispuestos a recibir las primeras indicaciones con vistas a un nuevo curso futbolístico en el que hay depositadas muchas esperanzas.

El técnico manchego fue, precisamente, el primero en asegurar su continuidad como premio al trabajo que realizó en las últimas quince jornadas del campeonato anterior. Con el de Valdeganga al frente de las operaciones, el conjunto de la ciudad portuaria pasó de ver de cerca las últimas plazas del Grupo IV de Segunda División B a luchar hasta el final por hacerse con la clasificación para el torneo copero, que finalmente se convirtió en realidad en la última jornada.

A la renovación del conductor de la nave le siguieron diferentes maniobras encaminadas a dar forma a un proyecto ilusionante. Las primeras tuvieron como blanco la línea defensiva y consistieron en prolongar el contrato de dos zagueros, Gonzalo Verdú y Moisés, cuya participación resultó decisiva la temporada pasada a pesar de que, como sucedió en el caso del cartagenero, apenas pudo disputar dieciséis encuentros debido a una lesión que le mantuvo varios meses en la enfermería.

Los ojos no tardaron en apuntar hacia otras demarcaciones más ofensivas, donde se desenvuelven hombres como el mediapunta tinerfeño Cristo Martín, que continuará defendiendo los intereses de un FC Cartagena al que confía en poner «donde le corresponde», junto al resto de integrantes de un vestuario en el que también se mantiene el cordobés Juanlu Hens, que tras alcanzar un acuerdo con la entidad mostró su convencimiento de luchar por conseguir cosas bonitas una vez que el balón eche a rodar de nuevo.

Limones, Jesús Álvaro, Ceballos, Sergio Jiménez, Sergio García, Chus Hevia y los recién contratados Marcos Morales -exguardameta del Mar Menor-, Fernando Rodríguez y Óscar Rico -procedentes del Reus, recién ascendido a Segunda División- también han garantizado su continuidad en una plantilla que se encuentra conformada casi al 70% de sus efectivos.

Trece de los veintiún jugadores que formarán parte del proyecto del club albinegro para la temporada próxima ya tienen contrato, por lo que la confección del club avanza a pasos agigantados, no solo respecto a otros años sino también a muchos de los conjuntos que formarán parte de la misma categoría la campaña que viene.

Las gestiones que han cristalizado en las últimas semanas han permitido a la entidad cartagenerista avanzar mucho a la hora de sellar la continuidad de los jugadores con los que quiere contar el año próximo. Sin embargo, Paco Belmonte, propietario y encargado de llevar a cabo las diferentes contrataciones, todavía busca entre cuatro y cinco futbolistas mayores de 23 años, entre ellos, un delantero, dos mediocentros, un jugador de banda y un defensa. La renovación de Quique Rivero se ha convertido en uno de los asuntos prioritarios.