Antonio Ibarra y Fran Angosto dejan el FC Cartagena después de permanecer en la entidad ocho años y presenciar desde dentro la alegría del ascenso, la decepción del descenso y el drama de una temporada de promesas incumplidas. Antonio y Fran son, tras el incombustible Juan Mateos, los más antiguos del club albinegro, pero esta temporada cuelgan las botas. Los dirigentes del FC Cartagena quieren más dedicación personal de Antonio y de Fran, los fisios de la entidad durante tantas y tantas temporadas, algo que ellos no pueden asumir, por lo que los dueños del club han decidido buscarles el relevo.

Ellos prefieren decir un hasta luego, más que un adiós, porque reconocen que han vivido momentos muy intensos y estrechado vínculos de amistad con técnicos y jugadores que quedarán para el recuerdo y por eso no sabrían decir que no, si en otro momento y con otras circunstancias les volvieran a reclamar sus servicios.

Antonio Ibarra llegó al club en el año 2008 de la mano de Nicolás Palmis -por aquel momento gerente de la entidad-, cuando aún estaba en la entidad Genaro Zapata. Compartió con 'el brujo'. Una campaña y un año más tarde aterrizó Fran Angosto. El tándem ha sobrevivido a un ascenso a Segunda División en el año 2009. «Ese año, sin lugar a dudas, ha sido uno de los mejores recuerdos que podemos guardar ambos. Las sensaciones fueron espectaculares», asegura Antonio.

Dice el fisioterapeuta que a pesar de haber tenido que tratar con más de diez entrenadores en su etapa en el club, siempre se han sentido respetados por todos. «Es verdad que cada uno tiene sus cosas, pero no han puesto en duda nuestra forma de trabajar», añade Ibarra, que destaca en la figura de Juan Ignacio la exigencia personificada «quería que todo funcionase al detalle, pero luego también sabía reconocernos nuestro trabajo», al igual que Jémez «ahora lo vemos en televisión con esa vehemencia y aquí vimos a ese Jémez en estado puro en la temporada del ascenso», añade el fisioterapeuta.

Muchos han sido los jugadores que han pasado por las manos de Fran y de Antonio, pero este último recuerda especialmente a David Charcos, un jugador que permaneció en la entidad la temporada del ascenso sin ficha al estar lesionado, pero con el que fraguaron una gran amistad. «David -Charcos- padecía una tendinitis en el tendón de Aquiles y lo daban por perdido y sin embargo hasta hace bien poco estaba jugando a fútbol», subraya Antonio, que añade que el vínculo con Mariano Sánchez, tanto por la personalidad del capitán como por sus años en el club, fue también «muy especial».

También han vivido momentos salpicados de sinsabores, como el año del descenso, en el que dice Antonio que tuvieron demasiado trabajo en la enfermería «estaba claro que el equipo fue de más a menos y se veía venir», aunque para olvidar es la temporada 2014/2015, según relata el fisioterapeuta «ha sido la peor con diferencia. La ausencia de una persona que se hiciera responsable de la situación fue horrible. No sabías con quién tenías que tratar y la sensación de indefensión, sobre todo de los futbolistas, fue difícil de asumir por todos, especialmente de los jugadores».

Ahora Antonio echa la vista atrás y afirma que estos años en el club le han valido para sentirse «mucho más identificado con mi ciudad, gracias al club la gente nos conoce y nuestro trabajo en el FC Cartagena ayudó a ese propósito».