Juan Manuel Molina Morote (Cieza, 15 de marzo de 1979) no tenía previsto seguir al frente de la Federación de Atletismo cuando fue nombrado director gerente del CAR de Los Narejos. Pero la incompatibilidad de este cargo con la de concejal del PP en el ayuntamiento de Cieza deparó una nueva situación para el exmarchador, al que su equipo de trabajo le pidió que siguiera liderando un proyecto que ha dado un giro espectacular a este deporte en cuatro años.

Primero dijo que no se presentaba a la reelección y después cambió de opinión. ¿Cómo puede explicarlo?

Soy una persona muy impulsiva y, pese a ello, me gusta mucho planificar las cosas, pero en este caso no fue así. Es cierto que había dicho que no me presentaba porque tenía la oportunidad de ser director gerente del CAR de Los Narejos, por lo que era absurdo compaginar tanta actividad. Pensaba que era el momento de dar un paso hacia el lado y que otras personas levantaran la mano para seguir adelante con la Federación. Pero cuando te metes en política, como ha sido mi caso, cambia todo mucho. Estoy acostumbrado desde muy joven a estar en el foco de atención, pero la situación que yo he vivido en política no es muy agradable porque han aprovechado la más mínima oportunidad para hundir al adversario. En el caso del CAR hubo un error por parte de la Administración y hay que reconocerlo, y el que pagó el pato fui yo. Consideré que lo más coherente era seguir como concejal de Cieza, como portavoz del grupo municipal, que fue a lo que me comprometí, y dejar la dirección del CAR, que era incompatible con el cargo de concejal. Tuve que decidir, pero en ningún caso era incompatible con ser presidente de la Federación.

¿Se ha arrepentido de meterse en política?

No me arrepiento de lo que he hecho en la vida, porque no sería yo. La vida es un cúmulo de experiencias positivas y negativas que te van fortaleciendo, que hacen que subas y bajes como una montaña rusa. Ahora estoy ilusionado con las actividades que realizo en la política y agradecido a la primera persona que confió en mí, Pedro Antonio Sánchez, que fue quien hizo que yo diera el paso. En esta Región cualquier partido político o persona que se hubiera acercado a Juanma Molina se habría encontrado con una negativa, pero el que me dio la confianza y me transmitió esa seguridad fue Pedro Antonio Sánchez.

Hay que reconocer que en los últimos cuatro años, la Federación ha cambiado de siglo. ¿Las exigencias ahora son mayores?

He de confesar que me da miedo y vértigo ver lo que hemos avanzado en menos de cuatro años. El primer año para mí y mi equipo fue muy duro, con muchas reuniones y haciendo muchos kilómetros por la Región. Se demostró que Murcia podría tener otro tipo de atletismo, cercano y que llegara a todos los niveles de la sociedad, no solo a la alta competición y el deporte de base. Nuestro objetivo claro es tener deportistas olímpicos, pero para ello tenemos que tener una masa social grande y sólida. La Federación ha crecido en calidad y cantidad.

Y ahora, ¿dónde pueden dar ese paso más adelante?

El reto es ambicionar ser mejor, tanto en la pista de atletismo como en otras esferas, pero manteniendo lo pies en el suelo, porque es difícil llegar, pero mucho más difícil es consolidar lo que hemos hecho. El reto es afianzar lo que hemos conseguido, y esa es la motivación de todo mi equipo, que me animó a presentarme a la reelección.

Pero el atletismo murciano ha vivido mucho de la marcha en los últimos años. ¿Hay signos de esperanza en otras modalidades?

La marcha atlética es el trabajo y el esfuerzo de una cantera que lleva muchísimos años, pero la marcha ya no es solo Cieza, porque hay muchos clubes que la trabajan. Pero también hemos mejorado en las pruebas combinadas, donde hemos vuelto a tener internacionales como Vicente Guardiola, en categoría absoluta, y Yolanda Pérez y Lorenzo Aniorte en las bases. También hemos tenido internacionales en velocidad con Fernando Virgilio y Barrancos. Pero lo más importante es que las bases se han triplicado en las competiciones oficiales, algo que es muy complicado. Hemos llegado a tener competiciones con 800 niños en una pista de atletismo.

Pero mucha gente se queda sin dar el salto, lo deja en las categorías de base por no poder compaginarlo con los estudios.

Se ha trabajado mucho el apoyo al deportista. Un atleta que tenga resultados deportivos tiene posibilidad de adaptación curricular, de que le cambien los exámenes y un cupo reservado en las universidades públicas de la Región. Tienen una serie de ventajas importantes, pero tendríamos que incidir más en el entrenador, que es quien está actualmente desamparado. Tenemos que apoyar a los técnicos para que tengan una ventaja en sus trabajos, una formación continuada y unas mínimas ayudas, porque en atletismo, si no hubiera entrenadores, no tendríamos atletas, y por desgracia no hay técnicos profesionalizados, dependemos mucho del amateurismo. A un profesor de Educación Física hay que facilitarle que pueda entrenar a los chiquillos y que los lleve a las competiciones. Podemos tener muchas escuelas, pero hay muchísima gente que se pierde por no tener un seguimiento de un técnico. Los padres se tienen que concienciar de que el deporte debe ser una actividad extraescolar más, pero si queremos dar un salto más a nivel de calidad, debemos ayudar a los entrenadores.

¿Las carreras populares han tocado ya techo?

Hemos percibido que estamos en meseta en cuanto a participantes por carrera. Hay muchas carreras, pero no quiere decir que haya más gente corriendo. Excepto dos o tres pruebas que sobresalen sobre el resto, las demás tienen una participación similar. ¿Se puede considerar una burbuja? Yo creo que no, la carrera popular ha venido para quedarse como una parte del estilo de vida de todos. Esto no es una moda pasajera, es algo que se ha incluido dentro del estilo de vida saludable de las personas.

Por último, ¿tendremos este año una medalla olímpica con Miguel Ángel López?

No es por meter presión a Miguel Ángel, pero él la vale. Hay muchas variables, ya que los Juegos son muy difíciles y un deportista tiene que llegar en las mejores condiciones el día D a la hora H. Lo que pasa es que Miguel Ángel está demostrando una fiabilidad desde Londres 2012 digna de alabar. Ha pasado del infierno en 2012 a no bajarse del podio. Es el rival a batir. Tiene la capacidad de llegar bien a las competiciones y de mantener el pulso calmado a lo largo de los 20 kilómetros, donde se dan muchas circunstancias, pero él siempre mantiene la sangre fría.