¿Cómo y cuándo le dio por el deporte?

Bueno, yo empecé jugando al baloncesto en Jesuitinas, pero cuando terminé el instituto lo dejé. Recuerdo que en 1996 pasé por un campo donde se estaba jugando un partido de fútbol americano, me quedé en la grada y me impactó mucho. Ya había visto algo en Eurosport, pero me llamó la atención por el aspecto táctico y a mí siempre me ha gustado mucho la táctica. Después, tras acabar la Universidad y conseguir un puesto de trabajo, decidí no jugármela por el miedo a lesionarme, aunque es un deporte con baja incidencia de lesiones.

Pero hay mucho contacto.

Sí, pero hay que diferenciar entre lesiones y magulladuras. Es evidente que terminas los partidos dolorido, pero no lesionado. De hecho, he tenido más lesiones jugando al baloncesto que al fútbol americano.

¿Cómo se consiguen niños que jueguen al fútbol americano?

Es más complicado convencer a los padres que a los críos, porque el deporte es muy llamativo, a los chavales les llama mucho. El reto es llegar hasta ellos, pero si llegas, te quedas con un porcentaje de gente importante. Después viene la segunda parte del deporte, que es la que no ve nadie, y es el sacrificio importante que lleva.

¿Qué le hace diferente de otros deportes?

Para mí es el deporte de equipo por excelencia, porque si falla un jugador, falla todo. Nuestras jugadas duran cuatro o cinco segundos, por lo que si alguno no está en su sitio... Hay mucho trabajo de entrenamiento y los jugadores tienen que dominar muchas facetas. Al margen, cada posición tiene un técnica diferente. Cuando llegas y te engancha, es para toda la vida.

¿Les ha costado mucho abrirse camino en Murcia?

Ha costado mucho y ha sido un crecimiento muy lento. Hubo unos años que estuvimos entrenando en la vieja Condomina, cuando estaba sin uso, y teníamos muchísimos chavales en las categorías inferiores, un mogollón de gente, pero ahora estamos en La Raya, cuesta que los niños vayan a entrenar y hemos perdido gente.

Y cuando dice que es entrenador de fútbol americano, ¿qué le preguntan?

La típica pregunta es «¿eso es rugby?». Cuando lo explicas, todo el mundo ha visto algo, pero de entrada la gente no lo entiende. Que el otro día juntáramos tanto público en el Barnés ha sido también un proceso de crear afición, porque al principio la gente no entendía nada de lo que estaba pasando en el campo.

A mí me parece un deporte complejo.

Lo es, pero cuando empiezas a verlo, ves tres partidos y alguien te explica las cosas básicas, lo contemplas de otra forma. Al principio la gente siempre está mirando el balón y se pierde, porque aquí jugamos a esconder el balón. Con el tiempo, la gente eleva la mirada y ya se fija en mucho más.

¿No son demasiado largos los partidos?

Sí, son largos, la verdad, pero es como está este deporte, que es de resistencia. A la gente que no sea entendida se le puede hacer largo.

¿Juega mucha gente al fútbol americano aquí?

Este año hemos tenido unas ochenta fichas en el club, pero cuando teníamos instalaciones más céntricas para entrenar, llegamos a tener ciento treinta. También en Cartagena el club va para adelante, al igual que en Cehegín, y en Lorca también se está moviendo algo.

Lo bueno de este deporte es que hay sitio para todo el mundo.

Sí, necesitamos gente de todas las complexiones físicas. Por ejemplo, tenemos a los líneas, que son jugadores muy grandes, pero son unos deportistas muy bien preparados. Para casi todo el mundo hay una posición, pero tienes que cuidarte mucho y ponerte en forma. Un jugador de fútbol americano es un atleta de primer nivel con mucho mérito, ya que todos tienen su trabajo, porque de esto no se puede vivir.

¿Cuánto se gana jugando o entrenando?

No, con esto se pierde, somos totalmente amateur, pero el club tendrá que fichar la próxima temporada un entrenador para estar en la Serie A, que es un trabajo de cuatro horas al día. Todos nuestros jugadores pagan cuotas y vendemos merchandising y lotería. La financiación hasta este año ha corrido a cuenta de los jugadores.

¿Usted se lo deja?

Yo tenía el compromiso de llevar esta temporada el equipo senior, porque el club se quedó sin presupuesto para pagar un entrenador, y después volver al júnior, el equipo que siempre he llevado junto a Julio Ballester. Entre los dos montamos la mejor cantera de España, que es la que ha logrado ahora el ascenso. En siete años ganamos tres veces el título y fuimos finalistas en cinco ocasiones. Tengo la idea de seguir jugando para la rotación, porque al equipo le van a hacer falta jugadores, pero volveré a la cantera y haré campaña de captación.

¿Dónde ha estudiado fútbol americano?

Empecé a hacer cursos de la Federación y allí conocí gente. Entonces me ofrecieron ir como asistente de vídeo de la selección española y con ellos aprendí mucho. Posteriormente también fui entrenador de posición y gestor de calidad, que es un papel muy importante.

Vamos, que no ha ido a Estados Unidos.

No he ido a Estados Unidos porque cometí el error de ponerme a trabajar antes de acabar la carrera y ya fue imposible. He sido muy autodidacta, pero ahora mismo tenemos la suerte de que hay mucha información en Internet. Cuando empecé, a lo único que tenía acceso era a algún partido en vídeo VHS y ahora los veo en el móvil.

Por lo que me ha dicho piensa seguir jugando.

Sí, hasta que no sea el séptimo suplente porque tenga quince críos delante, me gustaría seguir porque esto es un estilo de vida y una manera de seguir en forma.

¿Hasta qué edad se puede jugar?

Hombre, depende de la competición, pero mientras que el cuerpo aguante, y cuando no, montaremos una liga de veteranos.