El murciano Rafa Mir ha vivido una año convulso, subido en un tobogán que le ha llevado a estar en los juveniles del Valencia, el filial de Segunda B y debutar con la primera plantilla en Liga de Campeones de la mano de Nuno. El espigado delantero de Javalí Nuevo (1,89 metros), que tiene dos años más con la entidad valencianista, disfruta ya de unas vacaciones merecidas. Después de tanto ir y venir, de cambiar de vestuario y de compañeros, este joven de 18 años de edad, hijo del exfutbolista del Cartagena y Real Murcia Magín Mir, un defensa mallorquín que se afincó en la Región, se queda con todo lo vivido en un curso frenético: «Ha sido un año bonito porque nadie se espera debutar en Champions ni en Europa League, así como estar con el primer equipo, que es un premio. Todas estas cosas desestabilizan, pero son un premio, son para bien», explica el futbolista, quien dio sus primeros pasos en el fútbol sala con ElPozo Murcia. «Fue una cosa que hizo muy bien mi padre, meterme en el fútbol sala, porque es un deporte donde cogí mucha técnica, y cuando eres pequeño, eso va muy bien», recuerda.

Después de debutar ante el Zenit en Rusia con el Valencia enLiga de Campeones, Rafa Mir, debido a la difícil situación que vivió el equipo ché, con tres cambios de entrenador -Nuno fue destituido y llegó Gary Neville, al que sustituyó Paco Ayestarán-, Mir tuvo que volver hacia atrás: «Al final, por la situación, ya que los resultados no acompañaban, el club tuvo que tirar de la gente con galones y experiencia, que era la que en teoría tenía que sacar al equipo de esa situación», recuerda. Su futuro, de momento, está en el filial del Valencia salvo que llegue una cesión a un equipo de Segunda: «Tengo dos años más de contrato, renové en noviembre y estoy a disposición del club; aún no sé nada», comenta.

Rafa Mir está acostumbrado a vivir lejos de casa desde que con 11 años se marchó al Barcelona desde el Ranero: «Llevo ya unos cuantos kilómetros hechos», dice. Recuerda que «el año que me fui al Barcelona lo pasé muy mal, porque era un niño de 11 años. Ahora lo pienso y creo que fue demasiado pronto, pero en ese momento era lo que quería», dice. Su salida del Barça no supuso un trauma: «Mi padre tuvo otra buena idea, que fue llevarme al Real Murcia. Tuve ofertas del Inglaterra después de acabar un torneo en León que fue televisado como mejor jugador. Estuve viendo las instalaciones del club inglés, pero mi padre pensó que lo mejor era ir a Murcia, volver a la normalidad, y la verdad es que me fue muy bien. Regresé a la vida de un niño, a estar con los amigos y, en definitiva, me fue muy bien», recuerda de su paso por la cantera grana.

En Valencia todo ha sido más fácil para él: «Mi adaptación aquí fue rápida porque sabía lo que era estar fuera y la confianza que me hizo estar ese año en Murcia. Me han ido muy bien estos años», dice un futbolista que comparte representante con Cristiano Ronaldo, ya que Jorge Mendes y Carlos Bucero son las personas que velan por sus intereses profesionales.