Si en el Real Murcia hay una prioridad, al margen de reunir el dinero necesario para hacer frente a las dos nóminas que se le deben a la plantilla, es la de anunciar un director deportivo que, a su vez, se convierta en la antesala de la llegada de un nuevo entrenador que tome las riendas del nuevo proyecto deportivo y que decida, junto al secretario técnico, tanto las incorporaciones como los descartes que vayan moldeando lo que podría ser el boceto del equipo de la próxima temporada. Aunque los nombres de candidatos se vayan sucediendo a una velocidad mucho mayor que los que en realidad tienen opciones de ocupar este despacho en Nueva Condomina, la única realidad es que el consejo de administración del Real Murcia se está mirando un poco en el espejo que utilizó en su momento Jesús Samper, antes de que su último entrenador, José Manuel Aira, pasara también a encargarse de la tarea de confeccionar el equipo.

De hecho, entre los que forman el nuevo consejo de administración grana hay división de opiniones en este capítulo, ya que unos piensan de una manera y otros de forma distinta. En esta tesitura y según sabe este diario, los nombres que, sí se puede decir de alguna manera, sí tienen realmente fuerza como candidatos a la dirección deportiva son los de Manolo Molina, quien ha desempeñado su trabajo los cuatro últimos años en La Hoya Lorca hasta la llegada del empresario chino Xu Gembao al conjunto lorquino, y la figura del exjugador Óscar Sánchez, quien tiene muy buena relación con algunos de los miembros que forman el nuevo organigrama y también puede tener opciones serias de recibir este premio. Óscar lleva dos años trabajando como segundo entrenador de la primera plantilla desde que colgó las botas como futbolista.

Antes de la llegada de José Manuel Aira, el verano que se produjo el injusto descenso administrativo a Segunda B por parte de la Liga, el fallecido Jesús Samper ya había probado los dos perfiles que podrían ser muy similares a los que buscan hoy los nuevos responsables murcianistas. Tras el doloroso descenso de Montilivi, Samper apostó por uno que colgaba las botas, Sergio Fernández, para confiarle la confección de la plantilla. El Murcia ascendió a Segunda División sin apenas complicaciones, pero es cierto que un presupuesto más propio de una categoría superior facilitó mucho la composición de un equipo con jugadores como el propio Óscar Sánchez, Iván Amaya, Miguel Albiol, Chando y Richi, por nombrar solo algunos, que garantizaban casi con toda seguridad el salto de categoría.

Cuando llegó la fiesta del ascenso y el momento de pensar de nuevo en montar una plantilla para Segunda División, Sergio Fernández se marchó a su Hércules de toda la vida en una aventura de la que salió malparado, pero que significó un plantón en toda regla del que el exdefensa leonés seguirá arrepintiéndose el resto de su vida. Tras el portazo de Fernández, la estrategia de Samper cambia y se termina incorporando al club la figura de un nombre que era desconocido para el público, pero no dentro del mundo del fútbol, ya que José Luis 'Chuti' Molina aterrizaba en el Murcia tras haber trabajado con distintos puestos en la secretaría técnica tanto del Albacete, como del Celta de Vigo y luego en el Valladolid.

Su carácter y su mala educación con los medios de comunicación condicionaron pronto su día a día en la centenaria entidad, pero su experiencia le sirvió al Murcia, no en todos los deseados pero sí en bastantes casos, para conseguir futbolistas que fueron elevando el nivel hasta que la plantilla que dirigió Julio Velázquez en la temporada 2013-2014, se quedó muy cerca del ascenso a Primera, aunque un mes después todo se convirtió en una pesadilla con el descenso administrativo que condenó a los granas a regresar a Segunda B.

Ahora, la situación actual es un poco la misma, puesto que la decisión final está un entre la seguridad de la experiencia y la frescura de apostar por gente joven, pero con mucha menos experiencia. La última decisión tomada por casi todo el consejo, la de despedir a Aira y utilizar a Acciari como técnico para el play off, resultó un fracaso, por lo que para el puesto de director deportivo todos esperan que el nivel de acierto sea más elevado.