El UCAM llegó en la tarde de ayer a Murcia después de conseguir el ascenso a Segunda División el pasado lunes frente al Real Madrid Castilla. Después de una larga noche de festejos y celebraciones, los campeones del Grupo IV y nuevo equipo del fútbol profesional realizaron su primera parada en las instalaciones de la Universidad Católica San Antonio.

Fue allí donde alrededor de doscientas personas, aficionados, familiares de todo el plantel y alumnos de dicha institución esperaron a los héroes del primer ascenso a Segunda. Durante este acto, el extremo izquierdo del equipo, el pacense Nono González, hizo de maestro de ceremonias, haciéndose el dueño del micrófono y realizando las presentaciones correspondientes.

El jugador extremeño se encargó de otorgarle chispa, guasa y emotividad a partes iguales al asunto, ya que fue vitoreando uno a uno a cada de sus compañeros, a los miembros del cuerpo técnico, y al director deportivo del club, Pedro Reverte. Además del propio Nono, los capitanes, Ángel Robles, Checa y Góngora dedicaron sus respectivas palabras de agradecimiento a aficionados y organigramas del club.

Todas estas declaraciones se alternaron con distintos cánticos para festejar el objetivo conseguido, con mención especial para el rival de la capital del Segura, el Real Murcia. Además, fue el propio Góngora el que más se lanzó en ese sentido, recordando a todos los presentes que «dicen que somos cuatro gatos, pero estamos en Segunda».

También tuvo minutos de protagonismo el entrenador, el almeriense José María Salmerón. El técnico, comedido y agradecido a sus futbolistas, resaltó «el hecho histórico que supone este ascenso» y la calidad del grupo humano que compone su plantilla, un plantel al que seguirá entrenando el próximo curso en Segunda después de haber firmado su renovación por una temporada más la pasada semana. Por otro lado, las ausencias más destacadas del evento fueron la del lateral derecho Tekio y la del presidente del club, José Luis Mendoza.

Por último, esta amenizada tarde concluyó con la correspondiente apertura de botellas de champán y cava para 'bañar' a los presentes y un hecho insólito y característico en las celebraciones de los títulos de diversos equipos. El capitán, Ángel Robles, colocó la bufanda con los colores del UCAM Murcia, los azul y dorado, en el cuello de la estatua de San Antonio que preside el recinto central del campus universitario. Un último momento de exclamación y júbilo que puso el broche a una temporada de ensueño.

Pero la temporada no ha acabado aún para el UCAM, puesto que ahora tiene el reto de proclamarse campeón de Segunda División B ante el otro equipo que también ha logrado el salto al fútbol profesional, el Reus Deportivo, que dejó en la cuneta al Racing de Santander.