Sigue la rebelión de un equipo dispuesto a todo. Se podía intuir tras el primer partido en Madrid, pero quizá parecía demasiado bonito para ser verdad, tanto antes como durante varios momentos del partido que el UCAM Murcia ganó al Real Madrid para empatar la eliminatoria de playoffs.

Pero en el final de temporada el conjunto murciano está demostrando que es capaz de todo, tanto de acongojar al Goliath blanco en su propia cancha como de seguir tratándole de tú a tú en el Palacio de los Deportes y empatar, cómo no, un cruce desorbitadamente desequilibrado si se miran las dimensiones de uno y otro club.

Todo gracias a jugadores con hambre de reivindicarse, que han encontrado en Murcia el lugar ideal para dar rienda suelta a sus capacidades. Les ha pasado a muchos jugadores en el Palacio de los Deportes (que se lo digan a un Lima hoy enemigo) y les pasa a los Campazzo, Cabezas, Antelo, Kelati...

Bien arropados, con la confianza por las nubes y un entrenador que ha cumplido punto por punto las esperanzas depositadas en él, han hecho posible que el UCAM Murcia esté en playoff por derecho y en posición de seguir logrando imposibles.

Ya desde el primer cuarto, ninguno de los dos equipos parecía querer hacer propósito de enmienda respecto al primer partido. El Madrid no tenía por qué abandonar un juego rápido basado en el acierto ofensivo, pero el UCAM Murcia se embarcaba de nuevo en un juego muy peligroso dada la mayor calidad del conjunto de Laso, a quien era muy difícil mantener el tipo en un planteamiento de este tipo.

Sin embargo, durante casi tres cuartas partes del parcial el UCAM Murcia pudo dominar el marcador. En ataque el conjunto de Katsikaris se mostraba especialmente acertado en ataque, con un Campazzo superlativo, aunque el Real Madrid campaba a sus anchas por la defensa murciana y no sufría demasiado para mantenerse al acecho. La expulsión de Ayón, que propinó un codazo en la cara a Sadiel Rojas durante un incidente con Campazzo, alargó la sensación de que el UCAM podría mantener al raya al Real Madrid, pero entonces entró Reyes para comandar, junto a Llull, a su equipo y dominar con soltura la zona y dar al Real Madrid ventaja (17-22). A pesar de que Wood, con varios aciertos desde el triple, intentaba impedir que los blancos se mantuvieran arriba, el Real Madrid sumaba fácilmente desde la línea de tiros libres y golpeaba primero tras unos primeros diez minutos de gran caudal anotador (26-31).

Para el segundo cuarto el escenario cambió radicalmente, con un UCAM decididamente más contenido en ataque y sólido en defensa, que además llevó el partido a las posesiones largas y la batalla en la pintura que encabezó un Faverani espectacular (9 puntos en el periodo) contra Reyes y Lima. Mientras el brasileño dominaba bajo aro a cualquier pareja de baile que se le pusiera por delante, el equipo madridista lo hacía fácil con Llull y Sergio Rodríguez jugando bloqueos directos y alimentando a sus pívots.

La diferencia se mantuvo estable, el cuarto equilibrado (33-37; 38-42) y Campazzo realizó un buen número de acciones de mérito justo antes del descanso con las que el UCAM Murcia mantenía a tiro a los de Pablo Laso (47-50).

El tercer cuarto significó la vuelta a un frenético intercambio de canastas en el que el UCAM Murcia de nuevo dio la impresión al principio de presentar batalla con acciones de Kelati y Campazzo (54-54), pero pronto entró en juego Sergio Rodríguez, que se mueve como pez en el agua en estas situaciones, y con anotación y asistencias hizo que el Madrid se sacudiara la presión murciana (56-62).

Pero a este UCAM Murcia no se le tumba fácilmente, y se repuso con un extraordinario acierto desde la línea de tres puntos (Wood, Radovic y Rojas) y un paso adelante en defensa culminado con un extraordinario tapón de Radovic a un Willy Hernangómez que estaba sosteniendo al Real Madrid por dentro. Al final, con un Palacio entregado, el equipo local afrontaba el último cuarto con una ligera ventaja (71-68).

Los diez minutos decisivos comenzaron con Laso poniendo en pista la artillería pesada (Llull, Reyes y Carroll), algo que no intimidó a un equipo local que tiraba de Radovic y Faverani para mantener viva su ventaja frente al oficio de un Felipe Reyes que entró a pista claramente para solucionar el partido, algo que comenzó siendo el principal artífice del empate (77-77).

Pero Cabezas y Campazzo no estaban dispuestos a dejar caer a su equipo, y entre los dos se las arreglaron para hacer despegar al equipo con un nivel de acierto espectacular en todos los frentes (defensa y ataque) que parecía dejar hecho el milagro a falta de poco más de un minuto (88-81).

Pero un triple imposible de Llull enfrió los ánimos (88-84), y aún más el ataque desastroso posterior que acabó en tiros libres de, quien si no, Llull (88-86). Las tresposesiones finales fueron de infarto, pero Cabezas,una vez más, demostró que es un maestro en estas lídes y cerró el partido desde el tiro libre para mantener vivo el sueño murciano (91-87).