El tiempo de espera ha tocado a su fin y, por las sensaciones que afloran en las horas previas, parece que ha merecido la pena. El Triatlón Villa de Fuente Álamo, que este año celebra su vigésimo séptima edición, regresa al primer plano un mes más tarde de lo previsto por motivos ajenos a la organización, y lo hace con la ilusión del primer día y todos los ingredientes que le han convertido en una de las pruebas favoritas del calendario nacional.

La actividad comenzó ayer con la proyección del PowerPoint con las características de la carrera y la recogida de dorsales y acreditaciones como primeros platos fuertes. Lo mejor, sin embargo, está por llegar. Esta tarde, a las 16.45 horas, los 850 deportistas que han formalizado su inscripción -entre ellos 8 paratriatletas que ofrecerán una auténtica exhibición de pundonor- se congregarán en la playa de Rihuete de Mazarrón para tomar la salida. En ese preciso momento arrancará el tramo de natación, que llevará a los participantes a recorrer 750 metros para después subirse a la bicicleta para hacer frente a un segmento de 25 kilómetros, que incluye el paso por el Alto de Los Ruices, Tallante y Las Palas, antes de llegar al siguiente área de transición, instalado en Fuente Álamo. Allí, previo paso por los boxes disociados, comenzará el sector de atletismo, de cinco mil metros, en un circuito urbano por la localidad, que decidirá el nombre de los triunfadores del bautizado como 'triatlón de los triatletas', al que llegan como favoritos hombres como los valencianos Jesús Gomar y Emilio Aguayo, que ya saben lo que es lograr la victoria en la localidad fuentealamera, y mujeres como la madrileña Marina Damlaincourt y la toledana María Ortega.

Un año más, LA OPINIÓN es el diario oficial de la prueba y los lectores podrán disfrutar en la edición de mañana de la más amplia información y fotografías, así como las clasificaciones completas, de un evento deportivo con mayúsculas.