­¿Qué expectativas hay en torno a esta nueva edición del Triatlón de Fuente Álamo?

Se celebra desde hace veintisiete años y es el evento del municipio que más personas moviliza, tanto voluntarios como gente de fuera. Estamos hablando de más de 1.000 personas movilizadas para un evento deportivo de primer orden. Es el buque insignia de la política deportiva que venimos desarrollando todas las corporaciones. Fuente Álamo ha apostado fuerte por el deporte, que es su mejor política social, especialmente en cuanto a las escuelas deportivas municipales, que son gratuitas y a las que acceden todos los niños en las mismas condiciones.

¿Qué tiene el municipio para que esta prueba haya alcanzado tales dimensiones?

Ante todo, tiene un gran número de voluntarios y de gente que se vuelca para que el Triatlón se pueda celebrar con la cantidad de recursos que hay que movilizar para una prueba de este tipo. También tiene una ubicación geográfica idónea porque estamos muy cerca del mar, de manera que se puede celebrar en las playas de Mazarrón la prueba de natación, luego hacer la prueba ciclista con un pequeño puerto de montaña, con Las Ruices, un tramo duro, y después llegar a Fuente Álamo para llevar a cabo la prueba de carrera.

Habla de los voluntarios, pero también hay que destacar al comité organizador capitaneado por Ginés Bermúdez…

Nuestro director técnico deportivo ha aglutinado toda la movilización social necesaria para la organización de este evento y sin él no sería posible. También tengo palabras de agradecimiento para el ayuntamiento de Mazarrón, que presta sus playas y asistencia técnica, y para firmas colaboradoras como Melones El Abuelo y otras que también aportan y hacen que algo que sería muy costoso no lo sea tanto para el Ayuntamiento.

Uno de los aspectos que distingue al Triatlón de Fuente Álamo es la posibilidad de ver competir a profesionales de este deporte junto a aficionados.

Hace dos años vino Javier Gómez Noya, al que se le dedicó el nombre de nuestro pabellón. Siempre hemos tenido triatletas de primer nivel y eso da un caché a la prueba, además de los 27 años que lleva, lo que significa que tiene continuidad en el tiempo. Es un triatlón donde se convive, se duerme en el pabellón, se come en un colegio, se organizan fiestas, etc. Todo el pueblo se vuelca con este evento deportivo.

¿Qué supone para la localidad que esta carrera se siga celebrando año tras año?

Evidentemente, pone el nombre de Fuente Álamo en el mapa porque es una prueba nacional. Además, atrae mucha gente y produce un incremento del consumo en el sector hostelero del municipio, pero lo más importante a nivel interno es el ambiente que se crea y ver a gente tan joven como los voluntarios, que se movilizan desinteresadamente por una cuestión deportiva. Ése es el gran valor que tiene el Triatlón.

¿Se adivina algún techo para esta prueba?

Somos conscientes de nuestras limitaciones y hay que ser realistas. Tampoco nos ponemos un límite claro y vamos a seguir mejorando esto en la medida de lo posible.