El Cartagena va a tener que esforzarse en el último esprint de la carrera de la liga si quiere disputar la Copa del Rey la próxima temporada: la racha de imbatibilidad de 13 partidos sin perder no ha sido suficiente para amarrar la plaza del torneo del K.O. y llegar a la última jornada del campeonato con los deberes hechos. Nada más lejos de la realidad: la derrota de hace una semana en Melilla, y por consiguiente la victoria del Mérida, han hecho que el encuentro de esta tarde (Cartagonova, 18.00 horas) pase de ser un trámite, un respiro, a un examen final. Enfrente está el descendido San Roque de Lepe del delantero Chacopino, que ha anotado 12 goles a lo largo de esta temporada.

El rival que visita el Cartagonova ya es matemáticamente equipo de Tercera División: la semana pasada, con su empate contra el Recreativo, el San Roque se despidió de la categoría. Un descenso que empezó a ser evidente en la segunda parte de la liga: 8 derrotas, 7 empates y 3 victorias en 18 partidos corroboran la caída en picado hasta el penúltimo escalón de la clasificación. De esta dinámica de resultados se ha contagiado hasta el goleador Chacopino: de sus 12 goles esta temporada, tan solo dos los ha marcado en la segunda vuelta.

Además, una racha de dos puntos sobre 21 le costó el puesto al entrenador, el exinternacional Juanito. Desde marzo está al mando Carlos Antón, quien no podrá sentarse en el banquillo del Cartagonova al cumplir el tercer partido de suspensión de una sanción arbitral. «El descenso no es una pena, es una putada. Hemos estado diez u once minutos en silencio, sin saber qué decir», aseguró el técnico justo después de consumarse el descenso.

En el apartado económico tampoco han salido bien las cosas: los jugadores del San Roque no han cobrado nada en lo que va de año y ninguno de ellos tiene contrato en vigor para la próxima temporada. La situación terminó con un jugador, Iván Bazán, pidiendo la baja en marzo. Ahora juega en Tercera, en el San Fernando. Lo cierto es que en el club viven un tiempo de transición desde el descenso matemático: esta semana la directiva ha pedido disculpas a la afición aurinegra por la pérdida de la categoría, mientras que el director general, Pelayo Morón, ha estallado. «A partir de enero empezaron a torcerse las cosas y no fuimos capaces de enderezar el rumbo, el vestuario fue una auténtica banda».

Pese a todo, el entrenador del Cartagena, Alberto Monteagudo, no se fía del conjunto que visita hoy la ciudad portuaria. «Nos pueden complicar la vida, ellos quieren dar una buena imagen para buscarse otro equipo. El domingo [hoy] se tiene que notar que nosotros nos jugamos algo y ellos no», dijo el viernes en su comparecencia semanal. Lo que se juega el Cartagena es el premio que lleva buscando desde hace 15 semanas: colarse entre los cinco primeros clasificados, sin contar a los filiales, y dar una opción a cruzarse con un equipo de Primera en la Copa del Rey. Para el encuentro son duda Sergio Jiménez y Moisés García, con molestias en la rodilla y el tobillo, del mismo modo que la baja del central Gonzalo Verdú está prácticamente asegurada, según indicó el técnico manchego, que sí recupera al atacante Cristo Martín, ausente en Melilla por acumulación de tarjetas.