El ciclista belga Tim Wellems se impuso en solitario en la sexta etapa del Giro de Italia entre Ponte y Roccaraso, de 157 kilómetros, en la que el holandés Tom Dumoulin se afianzó en la maglia rosa al ser el más destacado entre el grupo de favoritos, entre los que el murciano Alejandro Valverde avanza un puesto en la general y ya es sexto. Una victoria brillante del clasicómano belga de 25 años del Lotto Soudal, el más fuerte y ambicioso entre los cinco hombres que protagonizaron la fuga del día, quien en solitario hizo los últimos 10 kilómetros para dar a su equipo la segunda victoria consecutiva tras la alcanzada por Greipel.

Wellem llegó eufórico con un tiempo de 4h.40.05. A 1.19 minutos el danés Fuglsang (Astana) y el ruso Zakarin (Katusha), a 1.22 Dumoulin, y Valverde a 1.36, perdiendo un puñado de segundos respecto a los colombiano Esteban Chaves y Rigoberto Urán, pero por delante de Nibali y Landa, que se dejaron 7 segundos respecto al murciano, que ahora es sexto.

«Al final el cuerpo lo sentía un poco extraño. En el puerto no es que me haya encontrado mal, pero tampoco me sentía todo lo bien que me hubiese gustado. Las pérdidas con Dumoulin han sido pocas y hemos metido tiempo a Landa y Nibali. Estoy contento. En la bajada de Bocca della Selva nos hemos puesto los primeros para evitar caídas, pero cuando vas primero en un terreno así, con asfalto mojado, la gente atrás al final se te acababa cortando», dijo Valverde.

Después de la primera cita con la montaña llega la séptima etapa, en teoría otra buena oferta para los velocistas en el trayecto de 211 kilómetros entre Sulmona y Foligno. Un puerto de tercera y otro de cuarta salpican el terreno, sin dificultad alguna.