«Nuestro defecto ha sido hacerlo mejor de lo que todos esperaban, en este sentido ha sido uno de nuestros pecados y además se lo he dicho a los jugadores antes de despedirme». Después de un incensante goteo de lágrimas que brotaban de la cara de José Manuel Aira mientras leía una carta en la que se despedía de todo el personal que ha trabajado con él durante las dos últimas campañas en el Real Murcia, el ya extécnico de la centenaria entidad sacó entereza para decir las dos cosas que llevaba en mente después de sufrir un despido a una jornada para el final de Liga y con el equipo clasificado para el play off de ascenso. Los malos resultados, las cinco últimas semanas sin ganar y la pérdida de un liderato que parecía de color grana han sido los condicionantes que han terminado con Aira fuera del banquillo murcianista, aunque su despido ha generado cierto debate entre los aficionados por entender la mayoría que, de haber apostado por cesar al técnico, se tendría que haber hecho hace más de un mes, no en este momento tan crucial del campeonato.

Aira terminó desvelando, con sus palabras eso sí, que el hecho de haber sido líderes durante 21 jornadas le había hecho mucho daño a todos, ya que el extécnico murcianista considera que el nivel de exigencia fue aumentando hasta que al final se terminó volviendo en su contra. «No me imaginaba hace quince días que pudiera ocurrir algo así. Nada me hacía pensar en este desenlace, pero al final es la votación de un consejo y había partidarios y detractores», dijo. Sobre su sustituto, José Luis Acciari, Aira explicó que «le he deseado suerte al despedirme de los jugadores y le he dicho que para mí no hay mayor reconocimiento que se consiga el ascenso».

El dardo que sí lanzó bien Aira al nuevo consejo de administración, los grandes valedores de su despido, fueron sus emotivas palabras hacia la figura del expresidente Jesús Samper, fallecido el pasado 18 de diciembre. «A mi presidente Don Jesús Samper (DEP). Él apoyó todas y cada una de mis decisiones y siempre tenía ese mensaje de ánimo en los momentos malos, nunca me envió un mensaje después de una victoria, y sí siempre después de una derrota. Gracias y siento no haberte podido dedicar lo que prometí en silencio en tu despedida». «El objetivo era jugar el play off y lo tenemos conseguido. Volveríamos a hacer exactamente lo mismo que hemos hecho. No obstante, asumo las realidades, aunque todo lo hecho no merecía este final», concluyó Aira.