Tras la primera jornada de descanso y el traslado desde Holanda hasta el sur de Italia, el Giro presenta esta semana sus primeros exámenes serios, con el primer final en alto del jueves y sobre todo, con la contra reloj del domingo, que ya marcará las primeras diferencias importantes en un recorrido de 40,4 kilómetros. Con el murciano Alejandro Valverde en la decimosexta plaza a 33 segundos del líder Marcel Kittel y a 5 de su rival directo por el maillot rosa Vincenzo Nibali, el Movistar prepara una semana de transición «aunque con etapas peligrosas» para que su líder llegue en las mejores condiciones al primer día clave de la presente edición, la contrarreloj de 40,4 kilómetros del domingo.

La escuadra telefónica celebra de momento el tercer puesto de la general del costarricense Andrey Amador y el hecho de que Valverde haya salvado con éxito los tres primeros días de competición, sin incidentes que resaltar y el «cuentakilómetros a cero», como comentó el colombiano Carlos Betancur. Hasta la crono habrá dificultades. Hoy el recorrido unirá Catanzaro y Praia a Mare y a 10 kilómetros de meta espera un ascenso de apenas 2 kilómetros con rampas del 18 por ciento. Una dificultad que puede disuadir a los velocistas y poner a prueba a los favoritos.

«El Giro vuelve a comenzar y lo importante es que hemos llegado a Italia con el cuerpo y los objetivos intactos. El paso por Holanda ha sido precioso y allí vivimos días bonitos de ambiente y afecto», señaló en la jornada de descanso el italiano del Movistar Giovanni Visconti. Según indica Visconti, «ahora el objetivo es dejar pasar estos días de transición con Alejandro Valverde es el lugar más correcto, sin perder tiempo. Para ello debemos estar atentos porque las próximas etapas será nerviosas y pueden suceder muchas cosas».

La primera gran prueba llegará el jueves con la meta al final de un puerto de 18 kilómetros que desemboca en Roccaraso (2ª categoría), con pendientes del 12 por ciento. Valverde saldrá aquí a escena ante sus rivales directos.