Trece segundos para el final. La tensión se corta en el ambiente. El balón llega a las manos de José Ángel Antelo, quien está en la parte izquierda del ataque. El gallego, con esa forma tan peculiar de lanzar que tiene, no lo duda. Se eleva y mete el triple. Delirio en el Palacio de los Deportes. El público explota después de ver como a su equipo casi se le escapa un triunfo que había controlado durante todo el choque, desde el triple inicial de Thomas Kelati.

Ayer no era un día cualquiera para el capitán del UCAM. Qué mejor forma de celebrar el 29 cumpleaños que con un triunfo y, encima, con una canasta prodigiosa. En realidad, el único jugador local que durante los cuarenta minutos atacó el aro contrario con firmeza y continuidad -anotó 19 puntos y capturó 8 rebotes- fue el gallego de Noia. «Antelo quédate» coreaba el público, que ayer se convirtió en ese sexto jugador que todo equipo necesita para alcanzar grandes metas, como la que ahora tiene al alcance de su mano el plantel que dirige Fotis Katsikaris. Porque cuando el partido se puso cuesta arriba a un minuto y medio del final, tras anotar el visitante Pérez un tiro libre que situó el marcador 79-79 después de un parcial de 2-15, la afición se entregó al máximo. Colaboró con su aliento a que Carlos Cabezas robara un balón, a que Faverani machacara al aro tras correr el contraataque como una gacela y poner así el 83-79, y a que Antelo, el hombre que tuerce todo el cuerpo para lanzar, anotara ese triple con sabor a gloria. Después llegó la celebración, con todo el mundo en pie, el ´cumpleaños feliz´ y una tarta dedicada al capitán, un jugador que ya ha entrado en la historia de este club al haber superado recientemente los cien partidos con su camiseta, algo inusual en este mundo del deporte profesional que cada día se identifica menos con sus símbolos.

En las gradas, atento a todo lo que pasaba y dando también su aliento estaba Raulzinho Neto, el primer jugador de la historia del club que se marchó directamente a un equipo de la NBA. El brasileño, ahora en los Utah Jazz, donde ha cuajado una sobresaliente campaña, estuvo en Madrid viendo a Augusto César Lima y ayer viajó hasta Murcia. No paró de firmar autógrafos en todo momento a unos aficionados que le recordaban su paso la pasada campaña por el UCAM. Y al que también arroparon los seguidores, pero de otra forma, fue a Txus Vidorreta, al que volvieron a dedicar el grito de «pesetero». La historia ya viene de largo, de un partido de la temporada 2011-2012, cuando el vasco dirigía al Lucentum Alicante. La plantilla alicantina llevaba tiempo sin cobrar y ese día, en el corto trayecto de Alicante a Murcia, recibió la noticia de que le pagaban los atrasos. ¿Coincidencias? De ahí viene el cántico contra el entrenador del Tenerife.