El entrenador del Real Murcia tiene que sentarse de nuevo en la mesa de su despacho, abrir el último cajón, y sacar el plan anticrisis que tuvo que poner en marcha después de la tercera jornada, cuando su equipo llegó a ser colista del Grupo IV tras caer derrotado en casa de La Hoya Lorca, y que al final se tradujo en una reacción espectacular y digna de enmarcar que ha llevado a los granas a mantener el primer puesto a pesar de estar inmersos en una racha muy peligrosa en la que sus pupilos solo han conseguido un punto de los últimos quince disputados al calor de la Nueva Condomina.

Lo que hizo entonces Aira parece sencillo, pero no lo fue teniendo en cuenta el cambio de tendencia tan radical que sufrió el equipo. El entrenador leonés tomó algunas decisiones respecto a algunos puestos concretos y, por ejemplo, los canteranos desaparecieron de los equipos titulares en lo que el responsable del banquillo grana justificó como un acto de proteccionismo para no cargar de tanta responsabilidad a los más jóvenes de la plantilla. El principal problema ahora es que, los jugadores que mejor rendimiento estaban dando, sea por lo que sea, no están consiguiendo victorias, lo que pone a José Manuel Aira en una tesitura que solo admite dos caminos. Uno sería apostar por la continuidad y mantenerse fiel a lo que más o menos está siendo su equipo en las últimas jornadas, o por el contrario también existe la opción de plantear cierta revolución en la alineación, en la que la frescura de gente nueva sirviera para tratar de que el equipo recupere esa falta de ideas que sufre en las últimas jornadas.

Aunque el Murcia de Aira es verdad que no mereció la derrota, por ejemplo, ni ante el UCAM ni ante el Sevilla Atlético, más real aún son los puntos que cada uno tiene en su casillero y, a tres jornadas del final de la fase regular, los granas han visto cómo el UCAM ya les ha empatado a puntos tras el tropiezo del pasado fin de semana ante el Recreativo de Huelva en un partido que generó cierta preocupación entre los aficionados y en el propio entrenador. Aunque ningún futbolista de Aira puede ser acusado de haber bajado los brazos, pero el cansancio físico se ha ido haciendo más evidente en casos concretos y la idea de refrescar el equipo con algunas caras nuevas no será ni mucho descabellada. Así las cosas, para lo bueno y para lo malo, Aira siempre ha defendido que ni suele sacar pecho de las victorias ni tampoco hundirse con las derrotas, pero el público también espera la reacción de un entrenador que tiene como gran ventaja el poder tomar decisiones drásticas para agitar un poco la nave grana buscando cierto despertar en algunos jugadores que van ofreciendo peores síntomas conforme se acerca el punto más importante de la competición.

La plantilla del Murcia tiene, al igual que la mayoría, ciertas carencias propias de un club que no puede tirar de talonario en estos momentos, pero de lo que anda sobrada es de fuerza de voluntad, ya que hay que creer mucho en uno mismo para tocar el farolillo rojo y comenzar acto seguido un ascenso espectacular que los ha llevado a ser los líderes del Grupo IV desde antes incluso del parón navideño.

Cuando empezó la Liga y el Murcia debutó con un doloroso 3-1 en Marbella, lo que fue el aperitivo del empate a uno en Nueva Condomina ante el Villanovense y que terminó con los granas en lo más bajo de la tabla tras perder en La Hoya, algunos incluso recurrieron a la historia para poner de relieve que, la última vez que el Murcia había arrancada sí un campeonato en Segunda B, terminó descendiendo a Tercera. Ahora, con el play off asegurado aunque sin saber el puesto exacto, es evidente que la historia no va a poder ser tan catastrófica como esperaban muchos que, en este mismo período, se atrevían a decir delante de un micrófono que «la plantilla del Murcia tiene nivel para estar en media tabla como mucho». El tiempo le dio la razón a Aira a la ahora de defender que si su plantilla no es la más cara del grupo, sí que ha sido la única capaz de levantarse a lo grande del mazazo de llegar a ser colistas y darle la vuelta a la tortilla hasta el punto de ser líderes por méritos propios.

En el vestuario del Murcia no es ningún secreto que, al margen de que unos jueguen más y otros menos, la sinceridad de Aira hace que sus futbolistas crean en él y en lo que dispone para cada partido. Por eso Aira tiene una carta muy a su favor. Esta Liga le ha ido demostrado que cada vez que ha introducido caras nuevas por lesiones o sanciones, las cosas muchas veces han ido bastante mejor que antes, pero últimamente los jugadores no son los únicos responsables de la mala racha. Dento de la caseta solo existe un pensamiento único. Desde los que más galones tienen dentro el vestuario hasta los últimos en llegar, todos tienen el derbi del sábado en el Cartagonova como una especie de reto para mantener el liderato otra jornada, y de paso regalarle uno de los triunfos que más espera la hinchada grana, una victoria en casa del eterno rival. La situación actual es más que propicia para que jugadores como los centrocampistas Rafa de Vicente y Sergi Guilló y los canteranos Arturo e Isi, reciban una oportunidad el sábado.