«Estamos preocupados». Las palabras de José Manuel Aira y, sobre todo, la seriedad con la que compareció en la sala de prensa de Nueva Condomina tras la derrota frente al Recreativo de Huelva lo dicen todo. El Real Murcia ha entrado en crisis. Su dinámica negativa ha pasado de ser considerada como un pequeño bache a convertirse en un auténtico problema, sobre todo porque a los malos resultados se une la mala imagen ofrecida el sábado en un encuentro en el que los granas no fueron capaces de ofrecer un alto nivel competitivo pese a que dispusieron de 85 minutos para remontar el gol inicial de Manolo Molina.

Aunque el técnico grana lleva semanas intentando mantener la calma, defendiendo con uñas y dientes que siguen siendo líderes, y refiriéndose a la falta de eficacia en Nueva Condomina como el motivo por el que los resultados positivos no acababan de llegar, lo cierto es que lo ocurrido el sábado, cuando el equipo encadenaba la quinta jornada sin sumar los tres puntos en casa, hizo que el vértigo en el bando murciano se sintiese más fuerte que nunca. Y es que a los marcadores adversos se unen distintos detalles que confirman que el Real Murcia ha perdido muchas de las virtudes que le llevaron a ser superlíder con una ventaja de siete puntos respecto al segundo clasificado.

Desde que el Cádiz conquistase Nueva Condomina el 28 de febrero, solo la buena trayectoria a domicilio ha maquillado los fallos como local. Maquillaje del que, tras tres semanas sin ganar, ya no queda nada, porque el UCAM está a los mismos puntos que los murcianistas a falta de tres jornadas para la conclusión de la liga regular.

El Recreativo de Huelva, un equipo acuciado por los problemas extradeportivos, pintó la cara a los murcianistas en un partido que hace sobrevolar los fantasmas tanto en el vestuario como en las gradas. Porque nadie quedó contento con la imagen ofrecida por los de Aira, perdidos en el terreno de juego y temblorosos a la hora de competir. De hecho, la única ocasión clara de gol, pese a la necesidad de ganar, llegaba en el minuto 6 cuando Azkorra estrellaba un balón en el larguero. Pero el resto del encuentro fue para el Recreativo, que dominó cuando quiso e incluso pudo llevarse una victoria mucho más cómoda de estar acertado en la segunda parte.

En plena crisis deportiva, el Real Murcia deberá recuperar la fluidez en ataque, el equilibrio en el centro del campo y la seguridad defensiva, todo para no seguir sufriendo. Y es que no hay ni una sola línea que se escape del mal momento murcianista.

Pese a seguir siendo el equipo más goleador del grupo, la falta de eficacia ha sido más que notable en las últimas semanas. De hecho, por primera vez en la liga, el Real Murcia acumula tres semanas sin conseguir un gol -UCAM, Jaén y Recreativo-. A esto hay que añadir que los aficionados que acuden regularmente a Nueva Condomina solo han visto dos tantos en cinco partidos. Pero no solo es culpa de la ausencia de olfato de jugadores como Carlos Álvarez y Azkorra, quienes llevan diez jornadas sin marcar; sino también de la imprecisión de un centro del campo que apenas aporta recursos. Algo que quedó reflejado en los noventa minutos disputados frente al Recre, donde ni Fran Moreno ni Chavero fueron capaces de conectar con sus compañeros de ataque. Solo Germán y Sergio García lo intentaron con centro al área, aunque la insistencia no fue acompañada de la calidad necesaria para facilitar el trabajo a los de arriba.

El bajón en la zona de organización del juego, que ha llevado a muchos aficionados a buscar a un Rafa de Vicente que no entra en los planes de Aira -lleva cinco partidos sin ser titular y el sábado se quedó fuera de la convocatoria-, se une también a la falta de contundencia en defensa, donde la zaga tampoco encuentra las ayudas necesarias. Solo hay que ver la jugada del gol del Recreativo o el centro de Góngora en el tanto del UCAM para ver las enormes facilidades defensivas.

Como decía José Manuel Aira tras el choque del sábado, solo queda corregir errores y darle la vuelta a una situación que ha trasladado los nervios a Nueva Condomina.