Con el objetivo de colocarse a tres puntos del Cádiz salió La Hoya Lorca con la única novedad de Julián Domínguez por Mario Ramón en el once. Pina, el habitual lateral derecho, formó en el centro de la defensa con Grego Sierra. El Cartagena tenía la oportunidad de consolidar su plaza en la Copa del Rey, y para ello no iba a presentar ninguna novedad en su once. No obstante, la lesión de Verdú en el calentamiento obligó a la entrada a Monteagudo a meter a Mario Sánchez en el lado diestro.

Al destemple de Mario acudió Francis Ferrón, un depredador del área, para poner el primero de la tarde con un cabezazo al primer palo. El gol fue una respuesta a los dos chispazos iniciales del Cartagena: un disparo de Sergio García y otro de Cristo, desmelenado en la media punta, que supo solventar Salcedo. El partido estaba abierto, desprendía un ritmo alto y velocidad por ambos bandos. Como ninguno acostumbra a ceder la pelota el encuentro no dejó de estar en movimiento.

En ese vaivén tal vez era el Cartagena el menos compensado, el más desequilibrado: mostraba todas sus virtudes en ataque (tocó con calma y finalizó sus jugadas) y todos sus defectos en defensa: concedió espacios y varios errores en la marca, siempre bien aprovechados por el voraz Ferrón, obcecado en hacer comparecer a Limones.

El Cartagena creció con las apariciones de Jesús Álvaro por la izquierda, los movimientos de Cristo Martín por dentro y, sobre todo, gracias a un Mario Sánchez ganado en confianza: subidas hasta línea de fondo, disparos de larga distancia y hasta una acción individual soberbia, capaz de dejar atrás a dos defensores en un palmo de césped. En esa atmósfera no suele faltar el enrachado Sergio García, que puso el empate con un gol calcado al de Francis Ferrón. No solía marcar el ex del Oviedo y ahora hace dianas hasta de cabeza. Su momento de forma, con cinco goles en los seis últimos partidos, pasó de ser noticia a rutina hace varias semanas.

No pudieron soportar las piernas del zamorano el duelo regional, tan vivo y eléctrico como se esperaba: los problemas musculares que arrastraba semanas atrás le impidieron continuar. La lesión trastocó los planes del Cartagena en su mejor momento: en su lugar ingresó el esporádico Indiano. Menudo hizo las funciones de delantero. El sevillano es como una navaja suiza: hace de todo y soluciona cualquier problema.

Al segundo asalto se presentó el equipo de Monteagudo como un rival con personalidad, decidido y lanzado a la conquista del campo rival. Eso pilló por sorpresa a La Hoya, que se presumía como el contrincante con mayor necesidad de ganar el partido y meter el susto al Cádiz. Lo van a tener complicado los de Paco García, con cinco de desventaja sobre los gaditanos a falta de nueve puntos por disputarse. El Cartagena tampoco le satisface en gran medida el punto, pero continúa en plaza en de Copa del Rey.