El presidente del Fútbol Club Jumilla, Nobile Capuani, sigue haciendo amigos en la ciudad vinícola. Además de tener pagos pendientes por valor de 170.000 euros -entre sanciones por el 'caso Josico', facturas de hoteles, gradas sin abonar del partido ante el Cartagena y Real Murcia, además de tres mensualidades a los futbolistas de la Segunda División B-, el responsable italiano protagonizaba ayer el enésimo capítulo en su estancia en la ciudad vinícola.

Nobile Capuani dio órdenes a los taquilleros -en la puerta dos jugadores del Jumilla B en plan agresivo y chulesco- de que todo el mundo -tanto abonados como prensa- debía pasar por taquilla y abonar diez euros. Era la primera vez que una junta directiva del Jumilla prohibe la entrada al campo de fútbol. En el caso del corresponsal de este diario, José García, lleva haciendo su trabajo en el recinto municipal desde que el 23 de septiembre de 1984 se inaugurase el campo.

La noticia se iba conociendo conforme se acervaba la hora del comienzo del partido ante San Roque de Lepe y varios aficionados decidieron regresar a su casa y ver el partido por La 7, mientras otros se agolpaban a las puertas del estadio pidiendo una explicación.

Un grupo de agentes de la guardia civil y policía local explicaban a los aficionados y a la prensa que la única forma de entrar era pagando la entrada y en caso contrario presentar una denuncia ante el cuartel de la guardia civil. Un centenar de aficionados tensaron el ambiente hasta que llegado el minuto 20 de partido uno de ellos decidió entrar al Polideportivo Municipal La Hoya de titularidad municipal alegando que tenía que jugar un partido de fútbol sala en la pista de al lado y el campo de fútbol es de todos los jumillanos. Al entrar este aficionado lo hicieron el resto rompiendo el cinturón de seguridad y en lugar de desplazarse a la derecha, donde estaba la pista de fútbol sala se fueron a las gradas del Polideportivo Municipal de la Hoya para ver el partido sin pasar por taquilla. En los corrillos futbolísticos se comenta que la actual junta directiva, que preside Nobile Capuani, podría marcharse ante de final de temporada dejando una importante deuda económica que conllevaría la desaparición del equipo. Otras fuentes consultadas señalan que si el equipo logra la permanencia este grupo inversor podría traspasar los poderes a otro grupo que se haría cargo del club.