Sin contar con ocho apellidos vascos y con una partida de nacimiento sellada en Santander, Sergio García se ha criado en Muskiz (Vizcaya). Su acento le delata. Su historial deportivo (Athletic B, Santurtzi, Zalla, Leiola, Eibar...) lo confirma. Pero el pasado verano, después de un gran año con el Leiola que le llevaba al Eibar de Primera División, este centrocampista de 26 años hacía las maletas para probar su primera experiencia lejos de su tierra. El Real Murcia le recibía como un equipo de Segunda B, pero como un club de superior categoría. Y en Nueva Condomina, a base de asistencias de gol, se ha ganado el cariño de la grada.

Tímido, supersticioso, paciente y amante de la vida en la ciudad, su sonrisa nunca desaparece de su rostro. Ayer, en LA OPINIÓN, contestó las preguntas que le enviaron los lectores y, mientras tecleaba cada una de sus respuestas, además de descubrirnos un poco de su forma de ser, también recordó los informes que tenía que hacer como empleado de Petronol, donde trabajaba hasta que el pasado verano su fichaje por el Eibar le obligó a pedir una excedencia y a empezar a entender el fútbol como una profesión y no como un hobby.

El debate de su titularidad -solo ha saltado de inicio en doce partidos- pronto apareció en las preguntas dejadas por los usuarios de laopiniondemurcia.es. No una vez, ni dos... En varias ocasiones, Sergio García tenía que enfrentarse a una cuestión que él intenta llevar de la mejor forma posible. «El míster tiene un equipazo donde elegir. Y hasta el momento es evidente que ha acertado. Los resultados le respaldan», decía, para poner los intereses del colectivo por encima de los individuales. «Lo importante es que el equipo gane, lo otro es secundario». «Yo trabajo para jugar los máximos minutos posibles, luego es el míster el que decide. Yo intento aportar lo máximo, ya sea como titular o como suplente».

Otra de las cuestiones que el máximo asistente del Real Murcia tuvo que responder en varias ocasiones tiene que ver con su continuidad la próxima campaña, y es que el 30 de junio acabará su cesión en Nueva Condomina. «No depende de mí, pero claro que me gustaría, y más la temporada que viene en Segunda A», decía, mostrando su plena confianza en que este equipo logrará el ansiado salto de categoría.

Antes de que llegue el play off, el Real Murcia tendrá el domingo en Nueva Condomina un importante choque frente al UCAM, segundo clasificado, y muchos aficionados ya ven a Sergio García consiguiendo el gol del triunfo o dando el pase de la victoria. Esto último no será nuevo para el futbolista, que en la primera vuelta en La Condomina fue clave en la victoria murcianista. No promete nada, pero puede que el chaleco de huertano que lucía en el pasado Bando de la Huerta pueda quedar bien en una celebración en el estadio. «Nos pasarían muchas cosas por la cabeza», decía con una sonrisa en su boca.

De Murcia sería «difícil llevarme una sola cosa», comentaba al hablar de su nuevo hogar, para el que solo tiene buenas palabras: «Me gusta mucho la vida que tiene esta ciudad y el carácter de la gente».

Algún que otro secreto de vestuario también fue desvelado por Sergio García. Los más trastos son Arturo e Isi, que «llevan la voz cantante a la hora de hacer broma», la selección musical depende de «Pumar y Guilló», al igual que las redes sociales. La venda que siempre le acompaña en su muñeca es una superstición, aunque empezó como tratamiento a una lesión. Otra de sus manías, saltar al césped en último lugar cuando es titular.

Además de ayudar al triunfo frente al UCAM, el vasco se marchó de LA OPINIÓN con otro encargo, que Sergi Guilló celebre la victoria con otro de sus famosos selfies.