Desde el Lorca Deportiva Féminas siempre tuvieron claro que la clave para seguir creciendo era apostar por un fútbol de cantera. De esta forma, Fabrizio Natale, fundador de la escuela, junto con Blasa, capitana del primer equipo, levantaron los cimientos de las bases del actual club. Actualmente cuenta con sesenta niñas que se reparten entre los dos filiales y la escuela. Cada filial cuenta con unas diecisiete chicas con edades comprendidas entre los trece y los dieciocho años. Las más pequeñas, que rondan los siete años, comienzan sus primeros pasos futbolísticos desde la escuela.

Tanto el segundo equipo como el tercero son entrenados por las propias jugadores del primer equipo. El B está a cargo de Andrea Totana, mientras que la capitana Blasa se hace a cargo del C. Este proyecto, basado en el fomento del fútbol femenino, surgió «porque en Lorca hay muchas niñas que quieren jugar al fútbol», explica Maite Martínez, vicepresidenta del club. Desde entonces, Lorca Deportiva Féminas no ha parado de crecer. La escuela se inició con unas diez niñas que practicaban este deporte en las bases masculinas y surgió la necesidad de crear un espacio para ellas, puesto que el rendimiento es diferente que el de los niños.

El año pasado contaba con unas veinte chicas y a día de hoy el número ya asciende hasta un total de sesenta. Si algo está claro es que el club no ha parado de sumar éxitos. Tanto es así que el segundo equipo quedó campeón de liga hace dos años y ahora mismo se encuentra líder de su división, luchando por conseguir el primero puesto y lograr así clasificarse para un play off que podría deparar, en el mejor de los casos, que fuera la primera vez en la historia que la Región cuenta con un equipo femenino en la máxima categoría nacional. El principal objetivo para esta campaña pasa por «subir al primer equipo gente de la cantera y sacar un equipo de autonómica», según relata Maite Martínez.

Estas jóvenes promesas, que entrenan dos días a la semana, compaginan sus estudios con la práctica del deporte. Además, uno de los principales beneficios que obtienen son valores como el compañerismo y el apoyo en equipo, que a posteriori se trasforman en amistades para toda la vida. Desde el año pasado, esta asociación deportiva comenzó una campaña basada en el «respeto y el juego limpio» para evitar cualquier ambiente nocivo. «Somos un club humilde y familiar. No toleramos los insultos, lo que queremos es que haya buen rollo y los padres disfruten desde la grada», comenta la vicepresidenta. Y añade: «No solo queremos difundir el fútbol, sino todo el deporte femenino en general».

Esta comunidad, que asciende rápido, está creando furor en las redes sociales con el hashtag #laschicastambiénjuegan, ya que dispone del apoyo masivo de los aficionados al deporte. Sin embargo, la subvención con la que cuenta el club es mínima. Para pagar los campos y el resto de gastos, el año pasado organizaron un campeonato de dos días en el que participaron varios clubes. También se llevó a cabo una gala con sus simpatizantes, en octubre, para recaudar dinero, entre otras cosas. «En el fútbol femenino no te ayudan tanto como en el masculino, las ayudas son ridículas», lamentó Martínez.