Johan Cruyff, fallecido este jueves por un cáncer de pulmón, anunció el pasado mes de octubre a través de su representante que padecía la enfermedad.

En el comunicado explicó que el técnico se había sometido "a diversas revisiones médicas en un hospital de Barcelona".

No era la primera vez que la salud le daba a Cruyff un serio toque de atención. En 1991 ya había atravesado un percance grave tras sufrir una insuficiencia coronaria en fase aguda, y tuvo que ser intervenido a corazón abierto.

Entonces, achacó sus problemas de salud al tabaco, que podrían estar también detrás del cáncer que padecía y, tras pasar por el quirófano, dejó de fumar e incluso protagonizó una campaña publicitaria en contra del tabaco, con el lema: "En mi vida he tenido dos grandes vicios: fumar y jugar a fútbol. El fútbol me ha dado todo en la vida y, en cambio, fumar, casi me lo quita"

El extécnico abandonó la actividad deportiva tras dejar el banquillo del Camp Nou en 1996.

Cruyff, en su lucha por abandonar el tabaco, sustituyó el cigarrillo por caramelos para paliar los nervios durante los partidos del equipo barcelonista.