La selección española sub-21 perdió ayer parte de sus opciones de clasificarse para la Eurocopa de 2017 tras caer derrotada por 0-3 ante Croacia, en un partido disputado en Burgos en el que los hombres de Celades se mostraron incapaces de refrendar su dominio del balón con goles y que será de amargo recuerdo para el murciano Adrián Marín.

El lateral del Villarreal fue titular en su estreno con la sub-21 y lució el dorsal '3', pero la derrota provocó que no fuera el debut soñado. Partido falto de ritmo en los primeros compases, en los que Croacia quiso discutir la posesión del balón a España, pero sin mucha fortuna, ya que los hombres de Celades se hicieron pronto con el control del juego, moviendo la pelota en corto y buscando un hueco que no terminaba de llegar.

Los croatas, visto el escenario en el que entró el partido desde el principio, acabaron cediendo la iniciativa al combinado español, juntando bien las líneas y conteniendo las embestidas protagonizadas por Munir, Deulofeu y compañía. Munir probó fortuna en el minuto 15 con un disparo seco desde el pico del área que acabó en saque de esquina, mientras que un magnífico pase de la muerte de Marco Asensio acabó paseándose por la portería Livanivic sin encontrar rematador en el 18.

Esos fueron los mejores minutos de una España que, eso sí, daba la impresión de no ser capaz de desmembrar el entramado defensivo balcánico, que apenas pasó apuros durante todo el choque. Adrián Marín probó con una volea con la zurda a centro de Deulofeu que se fue a las nubes y Saúl cabeceó alto a la salida de un saque de esquina, ratificando que España tenía la pólvora mojada.

Todo lo contrario que Croacia, que sólo necesitó un remate a puerta para batir a Kepa. En el minuto 36, Coric botó un saque de esquina al segundo palo y Caleta-Car se elevó por encima de sus marcadores para cabecear y batir por alto al cancerbero vasco. El gol cayó como un jarro de agua fría sobre los hombres de Celades, que lejos de reaccionar, vieron cómo Croacia volvía a golpear antes del descanso.

En la segunda parte, el propio Perica se encargó de sentenciar el choque nada más regresar de vestuarios, aprovechando un regalo del cancerbero vizcaíno, que midió mal un regate fuera del área y dejó al delantero balcánico que marcase a placer. Poco más dio de sí el choque, a pesar de que España lo intentó por todos los medios. Ni Óliver, ni Pedraza, ni Asensio ni Carlos Castro aprovecharon sus opciones y el marcador ya no se movió, obligando a España a sufrir para clasificarse para la Eurocopa.