Desde que Augusto César Lima se marchó al Real Madrid, la 'armada brasileña' del UCAM Murcia quedó reducida a dos componentes, Vítor Faverani y Vítor Benite. Ambos son internacionales con su país y sus miradas a largo plazo están puestas en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que se disputan este verano. Para uno, el pívot, el reto es regresar; para el otro, el escolta, es dar continuidad a su presencia de los últimos años.

Vítor Faverani quiere volver a formar parte del combinado nacional de su país, del que ha estado ausente los últimos años por las lesiones. Ese fue uno de los motivos por los que aceptó la oferta murcianista después de su tortuoso paso por el Maccabi de Tel Aviv, que concluyó con la llegada de Zan Tabak al banquillo. La cita del próximo mes de agosto es especial para cualquier deportista, ya sea brasileño, australiano o español. Allí quieren estar todos. Los Juegos son una experiencia única. Y el gigante de Porto Alegre, el chico al que su madre, de raíces italianas, solo le pudo comprar unas zapatillas del 44 porque no tenía dinero suficiente para unas del 46, su talla cuando era un adolescente, se ha propuesto estar en ellos. Su protagonismo en el equipo ha ido creciendo desde que debutó en la jornada 14 en la derrota ante el Joventut en Badalona. De los 12 minutos de aquel encuentro ha pasado a estar una media de 21 en pista -27 y 25 ante el Gran Canaria y el Barcelona, respectivamente-. El equipo ha perdido los dos últimos encuentros, pero ha encontrado la mejor versión de Faverani desde que volvió a vestir la camiseta del UCAM Murcia a principios de diciembre. También ha crecido en el rebote, donde Fotis Katsikaris le ha pedido un plus de esfuerzo, logrando 7 capturas en los dos últimos compromisos -su tope está en 8 ante el Dominion Bilbao-, así como en defensa, donde se espera que eleve aún más su rendimiento -solo ha puesto 3 tapones-. Pero el mayor lunar está en los balones perdidos -pierde 3 por encuentro-, una faceta en la que está trabajando especialmente el entrenador.

Mientras que Faverani se está creciendo, su compatriota Vítor Benite se diluye, poniendo en serio peligro su presencia en los Juegos de Río. El escolta de Sao Paulo solo ha anotado 11 puntos en los últimos cinco encuentros que ha disputado -se perdió el de la decimonovena jornada frente al Bilbao por lesión-, en los que no ha conseguido ni una sola canasta de 2 puntos -serie de 0 de 10-, y ha perdido el protagonismo que había adquirido en el tramo final de la primera vuelta. Benite, hombre callado, introvertido, se ha visto lastrado en las últimas semanas por diversos problemas físicos, como una gripe y una lesión muscular.

Esta temporada afronta su primera experiencia lejos de su país. Comenzó el curso con un alto peso específico en el equipo, con más de 20 minutos de media en pista, sorprendiendo incluso a los que pensaban que necesitaría un período de adaptación mayor, pero desde que logró su récord de anotación ante el Estudiantes en la jornada 16 -19 puntos-, se ha diluido. Su sacrificio en defensa sigue patente y su contribución a la seguridad del equipo en la transición del juego de defensa a ataque también, pero el UCAM necesita que vuelva a ser una amenaza desde el tiro exterior para abrir las defensas rivales.