El UCAM Murcia no pudo mantener su racha ganadora en una de las canchas más difíciles de la Liga Endesa, la del Herbalife Gran Canaria, donde cayó por una diferencia mucho mayor de lo que contó la historia de un encuentro igualado, que se desequilibró de más en su último cuarto, cuando el físico y el ambiente del insular se le echaron encima a los de Katsikaris.

Antes, Facundo Campazzo (20 puntos, 5 rebotes y 7 sistencias) había conducido al equipo, junto a Faverani, aponer en serios apuros al Gran Canaria de Aíto hasta el punto de tener todas las opciones del mundo de llevarse el partido y dar la sorpresa. Pero cuando el depósito se le vació al argentino con él se fue el de todo el equipo, momento que aprovechó el conjunto canario para dar el golpe de gracia después de alternar ventajas e intercambiar golpes en igualdad ante un UCAM Murcia más que digno.

En este partido, como en casi todas las derrotas del UCAM, se echó en falta la aportación de algunas piezas fudamentales como Wood, Benite, Antelo o Rojas, que además estaban llamados a relevar la aportación de Campazzo y Faverani y no acudieron al rescate para paliar el bajón de los últimos minutos. Una cosa está clara: el mejor UCAM, el que aspira a estar en playoffs, tiene que contar con todos en defensa y ataque y tener un juego coral

Ya en el inicio empezó sin miedo el equipo murciano, que hacía daño por dentro con Lishchuk y Antelo, a la vez que agujoneaba con triples de Wood. Sin embargo, la dirección de Oliver abría posibilidades para los locales, que aguantaba el marcador (10-11).

Con las rotaciones, llegó el momento de que Faverani hiciera valer su calidad y tamaño dentro de la zona, y con ocho puntos consecutivos propició una pequeña renta que se apoyaba en los fallos en el tiro canario (15-22).

El buen hacer de Campazzo se notaba en el juego murciano a la hora de imprimir el ritmo adecuado, algo que fue modificado con la entrada de Cabezas, aunque no para mal, puesto que al malagueño jugó fácil a los puntos fuertes del ataque visitante para seguir haciendo daño dentro de la zona, donde su equipo se mostraba netamente superior en este primer parcial, que se cerró con una suculenta ventaja de 9 puntos (15-24).

Pero la solidez del UCAM se derrumbó con el inicio del segundo cuarto, en el que la lógica reacción local surtió el efecto deseado con un 7-0 (22-24) que castigó las pérdidas de balón murcianas, que comenzaban tras contenerse a la perfección en los primeros diez minutos. Para colmo, en apenas tres minutos el UCAM se metió en bonus, lo que limitó su defensa e igualó las tornas en el marcador (26-29).

La pelea se mantuvo en un encuentro vibrante pero de poco acierto, en el que cada canasta costaba un mundo (32-34). A todos menos a Faverani, que seguía bailando en el poste bajo mientras que Gran Canaria se mantenía con canastones de Oliver o un tres más uno de Selley. La dinámica de épica llevó a Gran Canaria a ponerse por primera vez delante (37-36) y a hacer daño antes del descanso con triples consecutivos de Salin y una técnica a Kelati, el parcial de 15-2 resultante invirtió completamente las tornas tras un segundo cuarto demoledor (34-14) que puso la victoria muy cuesta arriba, al menos si los visitantes no daban un nuevo paso adelante en defensa (47-38).

Comenzó el tercer cuarto de manera arrolladora el UCAM, precisamente desde una defensa de kilates y una espectacular puesta en escena del mago Campazzo, que hizo de todo para el 13-0 de parcial que devolvía al partido a su equipo (47-51). Salin y Savané enfriaron el ánimo visitante y devolvieron el intercambio de golpes y la igualdad (56-56) en un partido realmente vistoso en estos minutos.En el tramo final del cuarto el intercambio se resolvió a favor canario, con un pelo más de acierto que le permitió llegar con una leve ventaja al último cuarto (59-63).

De nuevo, el comienzo de parcial para el UCAM fue bueno y le devolvió el mando (63-64), aunque esta vez los de Aíto no se dejaron intimidar y devolvieron el golpe por duplicado aprovechando el desacierto en los tiros de su rival y las salidas rápidas al contraataque que propiciaban (72-64).

El desgaste pasó factura en los cinco minutos finales y el UCAM vio poco a poco a los canarios imponer su profundidad de banquillo y superioridad moral por jugar en casa. Campazzo se apagó y con él todo el equipo, con lesión de Cabezas en el tobillo incluida, técnica al banquillo y expulsión de Faverani. Gran Canaria aprovechó y mordió hasta desmontar al UCAM Murcia.

El UCAM no conseguía anotar de ninguna manera ni tampoco contener a los locales, lo que acabó por sellar la derrota con una desventaja mucho mayor de lo que reflejó el partido hasta el vaciado físico visitante (87-75).