La tragedia se cebó este domingo sobre el fútbol asturiano. Hugo Suárez Martínez, de 28 años, falleció por la tarde de muerte súbita en el campo de Santo Domingo de Miranda donde su equipo, el Llaranes, se debatía en duelo con el Miranda en un partido de categoría regional. Suárez Martínez, vecino de Los Campos (Corvera), era delantero y el segundo máximo goleador del conjunto granate, que quedó descompuesto después de que un supuesto paro cardiaco fulminara el corazón del joven deportista ante las setenta y cinco personas que ocupaban las gradas.

El partido contra el Miranda comenzó a las cinco de la tarde. Hugo Suárez, con el número 7, iba a disputar su partido antes de incorporarse al turno de noche en la planta de Fertiberia en Trasona. Jugó el primer tiempo y nada hacía presagiar su dramático final en plena competición. Corría el minuto veinticinco de la segunda parte cuando Suárez se acercó a la banda. "Me duele el pecho", dijo, según quienes compartieron con él sus últimos minutos sobre el campo de hierba artificial de Miranda. "Luego cayó inconsciente y comenzó a convulsionar", explicó el delegado del Llaranes Club de Fútbol, Ignacio Bárcena. Ni él ni el entrenador Jorge "del Bosque" podían esconder sus lágrimas.

Los profesionales sanitarios se desplazaron hasta el estadio en algo menos de cinco minutos. Durante veinte trataron de reanimar a Hugo Suárez sobre el césped mientras los jugadores y los aficionados presagiaban el peor de los desenlaces. Los médicos continuaron las tareas dentro de la uvi móvil, pero el debilitado corazón de Hugo Suárez Martínez se fue apagando segundo a segundo. Del campo del Miranda fue trasladado al Hospital San Agustín, ubicado a apenas dos kilómetros, donde entró en el servicio de Urgencias ya cadáver.

El partido entre el Llaranes y el Miranda quedó suspendido con un 0-2 a favor del equipo de Hugo. Los jugadores de ambos equipos se desplazaron hasta el complejo sanitario avilesino, manteniendo hasta el final un atisbo de esperanza. "A Hugo no le puede pasar esto, no puede ser", decía un futbolista que corría a por su coche. Ya en el San Agustín vivieron momentos de rabia incontenida al tiempo que los deportistas iban conociendo la mala suerte de su compañero de vestuario. Eran poco más de las siete de la tarde.

Al centro sanitario llegaron también los padres, el hermano pequeño y los abuelos de Hugo, que ayer no estaban en el campo y recibieron la trágica comunicación por teléfono. Les avisó el presidente del club, Gonzalo Peral. "Ninguno cree lo que está viviendo. Están destrozados, no se separan del cuerpo de Hugo", manifestó un allegado. Los familiares se resguardaron en el servicio de Urgencias mientras en la calle se escucharon llantos por Hugo, que dijo adiós antes de tiempo. Algunos amigos se abrazaban dándose consuelo; otros prefirieron la soledad para derramar lágrimas sin ser vistos.

"No hay palabras para describir lo que sentimos. Esto es un mazazo", manifestó Jony Iglesias, capitán del equipo, que no pudo evitar recordar que hace unos años vivió una situación similar con otro compañero, Colunga, que logró recuperarse de sus lesiones. "Hugo era un tío alegre, el alma del vestuario. Siempre estaba con una sonrisa...", acertó a decir. Hasta el Hospital San Agustín fueron poco a poco llegando jugadores de distintos equipos y categorías de la comarca avilesina. "En nuestro club somos una piña y Hugo Suárez era una persona muy querida dentro y fuera del campo", precisó el presidente del conjunto, Gonzalo Peral, que avanzó que la entidad rendirá a Hugo el tributo que merece.

Hugo Suárez Martínez tenía solo 28 años. Amaba el deporte y cuidaba su cuerpo con dedicación. Esta era su segunda temporada en el Llaranes, donde había encontrado más que a unos compañeros a unos amigos. "La pasada semana había marcado dos goles", recordaba Ignacio Bárcena. Antes de llegar al conjunto granate, Hugo había estado en el Trasona, en el Podes... "Además de jugar al fútbol practicaba otros deportes, le gustaban todos", manifestaba Jony Iglesias.