El Cartagena, aun estando en la deriva clasificatoria, es capaz de adaptarse a las circunstancias. Esta tarde venció a un triste Recreativo de Huelva, metido en crisis deportiva e institucional, después de un partido oscuro que con el tiempo tomó claridad: a la intensidad visitante respondió el cuadro albinegro con madurez, esto es, tomando posesión de la pelota y perseverando una y otra con el gol. Lo logró Cristo Martín a la hora de juego, con un gran derechazo ajustado al mismo palo de Gálvez.

Fue el de esta tarde un partido borroso, de mucha disputa y escasas ocasiones, que poco a poco tomó claridad, sobre todo por la entrada en escena de Rivero, una batidora que remueve el juego y balancea la pelota a uno y otro lado. El Recreativo está metido en el lío del descenso y eso se notó en el equipo, bien cerrado, poco concesivo. El Decano, con Antonio Núñez como punta de lanza, fue con mucha intensidad en la presión y el veterano madrileño de 37 años, campeón de Europa en 2005, vio la amarilla a los 16 minutos.

En el conjunto recreativista el peligro lo puso Zambrano, que estuvo a punto de aprovechar un fallo de Limones en la salida para hacer el primero. En ese agobio, en esa incomodidad, el Recre se sintió como pez en el agua. El Cartagena, que se agarró a la posesión del balón, sacó tajada a través del balón parado: Laens remató en el 27 y Rivero, de larga distancia, pudo sorprender a Gálvez con el bote de la pelota.

Con el paso de los minutos, el Cartagena maduró y empezó a mirar el partido con nitidez: acumuló acercamientos al área y disparos. Con el balón bajo sus dominios, el equipo de Monteagudo pasó por sus mejores momentos antes de ir al descanso. Mereció al menos una renta mínima.

Ya en el segundo acto, los de Monteagudo destacaron por intensidad y balones a la espalda de la denfensa; el Recre, encerrado, tomó oxígeno por la derecha: entre Zambrano y Mario lograron obtener algún saque de esquina a su favor. Como el Cartagena siguió insistiendo, Cristo hizo el gol a la hora de juego después de revolverse, encontrar un hueco y armar el disparo con la derecha. Un premio a la perseverancia.

El entrenador Alejandro Ceballos, consciente de que se le escapaba el partido, metió más leña al fuego con las entradas de Arthuro, que se colocó en punta, y Rubén Mesa. Antonio Núñez se marchó a la derecha y el Decano llevó la iniciativa hasta el final. Así, el Recre encontró toque y profundidad, pero no remate.