El FC Cartagena mantiene una distancia con respecto al Recreativo de Huelva, equipo que está en la posición de lucha por la permanencia, de cuatro puntos. La renta es exigua, por lo que el peligro de caer en picado está presente. El descenso directo a Tercera es de seis puntos, una distancia estrecha aunque suficiente para tener margen de error. El club albinegro no quiere mirar hacia abajo, aunque está muy claro que el primer objetivo es conseguir cuanto antes la permanencia matemática, requisito imprescindible para lograr otras metas antes de que finalice la temporada. Restan diez jornadas para la conclusión del campeonato liguero en Segunda B y son 30 los puntos aún por disputarse. Con 34 en su casillero, los de Alberto Monteagudo necesitan ganar al menos tres o cuatro encuentros todavía y de esta manera librarse del sufrimiento que padecía la plantilla la pasada temporada y, por ende, la afición cartagenerista en una de las campañas más aciagas en el aspecto deportivo e institucional que se recuerdan.

Eso hace que los dos próximos envites, ante el Recreativo y frente al Real Betis B se conviertan en importantes en la consecución del objetivo. Los dos oponentes están en puestos de peligro, el Betis B está prácticamente desahuciado, lo que hace que los seis puntos se conviertan en una auténtica tabla de salvación para los albinegros. Tras esos dos encuentros, aún restarían otros cuatro compromisos en el Cartagonova -Algeciras, Villanovense, Real Murcia y San Roque de Lepe-. Dos de ellos, Villanovense y Algeciras, están por debajo de los albinegros, otra circunstancia que hace que los envites con rivales directos -cuatro de diez en casa, se hayan convertido en una piedra angular para este tramo final del campeonato liguero.

Monteagudo no es amigo de hacer números ni a corto plazo, prefiere saber lo que pasa únicamente en el siguiente compromiso, aunque seguro que en el club ya le están poniendo cifras a su calculadora para conocer cuándo es posible que se sumen esos 44 o 45 puntos que supongan el alivio de una campaña también difícil en el plano económico tras aprobarse el acuerdo con los acreedores.

Si echamos un vistazo a aquel FC Cartagena que la temporada pasada por estas alturas dirigía Manuel Sánchez Palomeque, hay que decir que ese conjunto estaba en puesto de descenso directo en la jornada vigésimo octava, con 29 puntos en su casillero y un drama personal vivido por los jugadores que no cobraban sus mensualidades. La clasificación era un pañuelo y hasta siete equipos se jugaban un puesto en la categoría, con un margen estrecho de tres puntos únicamente. Los albinegros sumaban tan sólo cinco triunfos y acumulaban tres derrotas en las últimas cinco jornadas, lo que hacía ver mucho más negro el panorama que ahora mismo.

Un premio aún posible

Ahora bien, en el caso de que el FC Cartagena logre con holgura llegar a esos números, el siguiente reto es disputar la Copa del Rey, un propósito que a tenor de los números tampoco resulta demasiado descabellado, ya que hay en la actualidad dos equipos entre los cinco primeros -Sevilla Atlético y Granada B-, que no pueden disputar el torneo al ser filiales.

De esta manera, las plazas descienden hasta el Jaén y La Hoya Lorca. Los lorquinos suman cinco puntos más que los albinegros, lo que hace suponer que la renta a conseguir por los cartageneristas para optar a una de esas plazas de Copa del Rey no sea tan grande si se tuviera que equiparar al quinto en la tabla, que es el Sevilla Atlético, con 52 puntos. De esta manera, el FC Cartagena necesita al menos dos tercios de los puntos en disputa, a partir de 20-21 puntos o siete victorias, una cifra nada desdeñable si consideramos que este equipo ha sumado en 30 jornadas ese número exacto de triunfos.