Tras el acuerdo alcanzado con los acreedores y el visto bueno de la jueza del Juzgado número 1 de Lo Mercantil de Murcia, el FC Cartagena da un nuevo paso, probablemente el más importante en su última etapa, para obtener la estabilidad económica necesaria para dotar al club de un futuro sin incertidumbres a corto, medio y largo plazo. Tras haber dejado cerrado un acuerdo con sus acreedores, el FC Cartagena se ha garantizado un ahorro de 2,4 millones de euros que debía y que no tendrá que pagar por la rebaja del 70% que ha conseguido arrancar a empresas, clubes, exjugadores y trabajadores del club que estaban incluidas en el concurso de acreedores.

Los dirigentes de la entidad, con Paco Belmonte a la cabeza, manifestaban su sensación de haber logrado la objetivo en solo diez meses «ha sido como un parto con respiración asistida», esgrimía aliviado el propio dueño de la entidad.

La sentencia definitiva se dictará dentro de diez días, aunque parece que, a priori, no habrá contratiempo alguno para que el acuerdo se pueda calificar como ratificado por todas las partes: deudor, acreedores y juzgado.

Finalmente fueron el 77,89% de los acreedores los que se han adherido al convenio, solo la Agencia Tributaria se mostró en contra de la negociación. Para que la rebaja del 70% tuviera efecto, debían estar a favor al menos el 66% de los mismos, algo que se alcanzó finalmente puesto que un 69,24% lo quisieron así, mientras que un 8,65% prefería una quita del 50% con una espera mayor en años.

El caso es que entre los créditos ordinarios y subordinados, el FC Cartagena tenía que hacer frente a 3.441.000 euros, que se han reducido a 1.031.000 euros (289,568 euros de crédito ordinario y 742.000 de subordinado).

Ahora, el plan de pagos queda de la siguiente manera: El FC Cartagena tiene dos años de espera, por lo que hasta la temporada 2018/2019 no empezará a abonar las cantidades antes indicadas. Además, los años 3, 4 y 5 tendrá que desembolsar un 10% de la deuda -alrededor de 100.000 euros-, mientras que los años 6 y 7 del convenio se eleva al 35% -en torno a 360.000 euros cada uno-.

Luego están los créditos privilegiados, que no han entrado en quita ni espera y que deberán ser puestos sobre la mesa más tarde. El club tratará de buscar un acuerdo lo más satisfactorio posible con la Agencia Tributaria para rebajar estas cantidades pendientes también y que supondrán un volumen de deuda que ronda los dos millones de euros.

Belmonte, tras explicar los datos y los próximos pasos, aprovechó para agradecer el trabajo del abogado Andrés López, que ha llevado la gestión del concurso tras dejarlo Javier Martínez; la colaboración de Ramón Madrid -administrador concursal- y de sus compañeros de viaje, Deseado Flores y Manolo Sánchez Breis. «Hemos trabajado con tranquilidad, empeño y compromiso», esgrimía el propietario «este no es el FC Cartagena que nos encontramos y a partir de aquí hay que tratar de llevar el club con mucho trabajo y una buena gestión». Además, Belmonte pedía que sean otros los que den un paso adelante «las instituciones, las empresas, los aficionados y los medios de comunicación deben mover ficha».

De igual manera se pronunciaba Deseado Flores, presidente de la entidad. «El club tiene viabilidad y un proyecto por delante. Aquellas empresas que tenían sus dudas, les digo que todo lo que hacemos es para que llegue a los ciudadanos y a las firmas de la ciudad».

«Considero que es el momento de engancharse al proyecto y desde ahora se acaban las dudas alrededor del club», expresaba, por su parte, el gerente Manolo Sánchez Breis, «necesitamos el apoyo de todos, para que este FC Cartagena no se vea otra vez en una situación como ésta», indicaba.

Respecto a las posibilidades de colaboración con el Efesé o con la empresa de promoción de jugadores Sofinvest -dos de los acreedores-, Belmonte no garantizó ningún acuerdo por escrito.

Además, indicó que tanto Javier Marco -anterior presidente de la entidad-, como Javier Martínez, -expropietario- renunciaron a las cantidades que habían reclamado en concurso de acreedores y que superaban los 50.000 euros.