En el verano de 2014, Rafa de Vicente (Málaga, 1993) tenía un pie en Primera. Estaba a punto de cumplir su sueño. La pretemporada con el Málaga marchaba bien. Apuntaba al primer equipo. Pero una grave lesión se cruzó en su camino. Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Crack. Casi un año en el dique seco. Volvió a jugar con el filial malagueño, en Tercera, en la recta final del curso. Meses después salió cedido al Real Murcia. Y después de un comienzo sin apenas contar para el entrenador, ahora es un fijo en el centro del campo. No es un futbolista al uso. Estudia Administración y Dirección de Empresas, devora libros de filosofía oriental y, pese a su juventud, transmite la misma seguridad hablando que con el balón en los pies.

Lo que es el fútbol: hace dos temporadas estuvo cerca de quedarse con el Málaga en Primera y ahora está en Segunda B.

Así es. Al final, esto da muchas vueltas. En aquel momento tenía muchas posibilidades de quedarme en el primer equipo o de salir cedido a un club de Segunda. Pero tuve la mala suerte de lesionarme. Ha pasado un año y medio desde entonces y ahora estoy aquí.

¿Cómo afronta un chaval de esa edad una lesión tan grave?

Pues gracias a Dios la afronté bien. Me gusta mucho la lectura y suelo leer sobre todo cosas de filosofía oriental. Y esa filosofía me ayudó en ese momento a saber encaminarme un poco y a ver el lado positivo. Pensé que aquella lesión me iba a hacer más fuerte y que, una vez que me recuperara, iba a seguir adelante.

Y con esa edad, uno sobre todo tiene que pensar que tiene toda su carrera por delante, ¿no?

Sí, es cierto. Pero te ves con el primer equipo, lo rozas con los dedos y de la noche a la mañana te lo quitan. Pero así es el fútbol: un día estás arriba y otro abajo.

Me va a permitir el elogio, pero es que usted no es futbolista de Segunda B.

Bueno, te agradezco ese comentario. Es verdad que mis expectativas están más arriba. Yo con el Málaga me encontraba muy bien. Veía que ese fútbol en Primera me venía muy bien. Un fútbol de toque, donde tienes muchos apoyos y apenas se le dan dos toques al balón... A mí ése es el fútbol que me gusta. A ver si hay suerte y tengo la oportunidad más adelante.

Aun así, una categoría como Segunda B también viene bien para curtirse como jugador.

Desde luego. Con el filial del Málaga, que está en Tercera, tuve la oportunidad de jugar varios playoffs con equipos que ahora están en la categoría, como el San Roque o el Linares, y la Segunda B me sorprendió gratamente. Es un paso que me va a venir bien. Me va a servir para aprender otro tipo de fútbol.

¿Le costó venir al Murcia o no se lo pensó mucho?

En el momento que arranca la pretemporada, mi idea era salir del Málaga porque yo necesitaba minutos. Sabía que en el primer equipo no los iba a tener. Necesitaba jugar. Apenas me había dado tiempo a jugar ocho o diez partidos después de la lesión y yo necesitaba jugar, volver a sentirme a futbolista. Aparecieron varias opciones, pero el que más fuerte apostó por mí fue el Murcia. Y yo lo vi bien desde el principio. Además, me hablaron muy bien tanto del club como de la ciudad.

¿Qué le dijeron?

Sobre todo que era un club no con una estructura de Segunda B, sino de Primera. También sabía que era un club que iba a estar arriba, y por suerte así está siendo. Acerté plenamente.

¿Es un club exigente?

Sí, sí. Esa es otra de las cosas que me dijeron: «Allí te van a exigir. No es un club fácil». Pero la exigencia debe ser una de las prioridades en un jugador si quiere mejorar.

Tal y como está la entidad, por la situación económica que vive, la presión es doble: ascender es una obligación y una necesidad. ¿Son conscientes de ello?

Nosotros no tenemos ninguna presión en ese aspecto. Queremos ascender por nosotros, por el club y por la afición. Por todo. Y sí, somos conscientes de la situación del club, por supuesto. Sabemos que no es la mejor y que las cosas están un poco en el aire. Pero si nos centramos más en eso que en el verde, al final nos saldrá el tiro por la culata. En ese aspecto, tenemos suerte de contar con gente veterana en el grupo que nos saben aconsejar bien y nos dan ese toque de tranquilidad a los demás.

Quince partidos sin perder. ¿Cuál es el techo de este equipo?

Lo comenté hace poco: si nos llegan a decir en la jornada 3, tal y como estábamos, que ahora íbamos a estar así poca gente hubiera apostado por ello. Y el techo nos lo pondremos nosotros. Es una racha difícil de mantener, que en algún momento tendrá que romperse. Ojalá que no. Pero si llega la derrota, habrá que tomársela con tranquilidad y sabiendo que lo natural en el fútbol no es estar quince partidos sin perder.

¿Cómo lo han conseguido?

Tenemos un equipo muy trabajador. Una de las cosas que el míster siempre destaca es la humildad y el sacrificio. Nos lo recuerda siempre antes de salir al campo cada partido. Tenemos un equipo en el que todo el mundo corre, cuando tenemos que sufrir, sabemos hacerlo y esperar el contraataque, cuando hay que tener el balón lo sabemos tener... Dominamos bastantes aspectos del juego. Y todos esos puntos hacen que llevemos esta racha.

Se dice mucho que el Murcia no practica un juego muy vistoso y que es un equipo práctico.

Bueno, en el último partido (ante el San Roque) en la primera mitad íbamos 4-1 y es verdad que no habíamos realizado un juego como el del Barcelona, pero tenemos bastante efectividad y somos muy prácticos. Aun así, cuando se nos demanda tocar el balón, sabemos utilizarlo también. Pero es verdad que somos un equipo que a veces con solo estar replegados sabemos esperar nuestra oportunidad para hacer daño al rival.

¿Le sorprende que digan eso cuando el equipo lleva 40 goles en 25 partidos?

Bueno, en este mundo del fútbol todo es muy subjetivo. Para algunos lo mejor será la efectividad y para otros, la posesión del balón. Nosotros tenemos mucho gol y sabemos cómo se tienen que hacer las cosas en cada momento, eso es lo más importante.

Los próximos dos partidos en casa son ante rivales directos: Cádiz y Sevilla Atlético. ¿Ganarlos sería el golpe definitivo para acabar líderes?

Hombre, si ganamos esos dos partidos seríamos capaces de abrir un hueco importante con respecto a ellos. Pero no hay que relajarse. Porque cuando te relajas es cuando te dan el hachazo. Primero a Linares, y cuando toque el Cádiz, hablaremos de él.

¿Es el UCAM el gran rival por el primer puesto?

Ahora mismo sí, porque es el que está más cerca. Pero el míster siempre nos dice que no tenemos que mirar la clasificación. Que nos centremos en hacer nuestro juego y hacer las cosas bien. Porque si lo hacemos, estaremos arriba; y si nos ponemos a mirar a los demás, nos saldrán las cosas mal.

¿Pueden acusar la baja de Chavero el domingo en Linares?

Bueno, es verdad que es un jugador importantísimo en la plantilla. No hace falta hablar mucho de él porque lo ha demostrado todo en el campo. Pero tenemos jugadores para suplir todos los puestos y si algo tiene este equipo es que si un jugador no viene jugando mucho y entra en el once lo hace igual de bien. Creo que ahí tenemos mucho ganado respecto a los rivales. Hay equipo para suplir cualquier baja y estoy seguro de que el que entre por Chavero lo hará bien. No estamos preocupados.

¿Te sorprende que un jugador como Chavero no haya jugado nunca en una categoría superior a Segunda B?

Es que el fútbol tiene estas cosas. A veces es injusto y otras más justo de lo que creemos. Pero sí, sorprende que, con el nivel que está ofreciendo, no haya jugado nunca en Segunda como mínimo. Ojalá lo veamos el año que viene en esa categoría con el Murcia.

En su caso, ¿por qué tardó tanto en entrar en el equipo?

Creo que se hizo muy larga la espera para venir aquí. Pasaron casi 15 días para que Murcia y Málaga se pusieran de acuerdo. Y yo no quería entrenar muy fuerte por si me lesionaba, así que no vine en la mejor forma. Por eso, cuando llegué, solo me quedaba trabajar fuerte y esperar mi oportunidad.

Por primera vez en su carrera, aquí se vio relegado al banquillo. ¿Cómo se lo tomó?

Fue difícil. Venir a una ciudad nueva, a un club nuevo... y sentirme en esa situación al principio me parecía extraño. Intenté asimilarlo lo mejor posible y sobre todo disfrutar del fútbol, porque llevaba un año sin disfrutar de él. No le di más importancia de la que tiene y me centré en trabajar.

Viendo que no jugaba, ¿en algún momento pensó en abandonar el club?

No, yo confiaba en mí desde el principio. La idea era quedarme aquí siempre. Si hubiera seguido en esa situación, nunca se sabe. Pero mi planteamiento era demostrar que podía jugar.

¿Hablaba con el entrenador entonces? ¿Le transmitía confianza?

Sí, sobre todo porque me corregía mucho, aunque fueran pequeños detalles. Y cuando un entrenador está pendiente de eso es porque tiene interés en ti y quiere que mejores.

¿Y ahora se siente un jugador importante? ¿Está volviendo a disfrutar?

Sí, sí. Ahora me encuentro muy bien. Aunque yo creo que puedo dar más. Y me debo exigir más. Pero volver a jugar los 90 minutos es lo más bonito del fútbol.

¿Qué le ha enseñado Aira en estos siete meses?

Bastantes cosas. Es un míster del que se puede aprender mucho. Al futbolista nos da ese punto de confianza que muchas veces es necesario para seguir creciendo. Y en cuanto a aspectos tácticos, también me ha enseñado muchas cosas, como colocarme de otra manera en el centro del campo.

¿Le exige mucho?

Sí. Y por eso intento exigirme yo lo máximo también. Para devolverle esa confianza.

¿Cuál es su objetivo personal de aquí a final de curso?

Seguir teniendo minutos. Al final los minutos son los que te dan la confianza, el ritmo y el punto de chispa que hace falta.

¿En qué centrocampistas se fija?

Iniesta, Xavi, Xabi Alonso, Pirlo... Son los jugadores que siempre me han gustado. Futbolistas creativos, de toque. Y ahora están Toni Kroos, Luka Modric, jugadores de alto nivel y de los que se puede aprender mucho. Son el tipo de jugador que a mí me gustaría ser.

¿Con qué sueña?

Con jugar en Primera. Disfrutar del fútbol en Primera y estar muchos años en la elite.