Ángel Robles se convirtió el domingo en el segundo futbolista -después de Tekio- de la historia del UCAM Murcia en llegar a los 100 partidos con la camiseta azul y dorada. El defensa central lo hizo en Jaén, plaza en la que su equipo ganó el pasado fin de semana por 0-1.

El ceheginero, que llegó al UCAM CF en el verano del año 2012 procedente del Denia cuenta cómo fue su fichaje: "surgió la posibilidad de firmar aquí, el anterior director deportivo, José Botella, vino a mi casa a convencerme. La verdad es que ya me habían hablado de que era un club muy serio. Fiché para Tercera División, éramos un equipazo para subir. A los dos días nos dijeron que finalmente jugaríamos en 2ªB al haber adquirdo una plaza".

Aquella temporada acabó con el descenso a Tercera: "Fue dura, lo pasamos mal, sobre todo la primera vuelta. Luego tuvimos a Tevenet, nos hizo creer en que podíamos salvarnos y casi lo hacemos en la última jornada. Fue complicado a nivel deportivo y personal", afirma Ángel. El año de Tercera División, Robles juega casi una treintena de partidos y lidera a su equipo para acabar consiguiendo, tan solo un año después, el retorno a la categoría de bronce. "Aquello no se me va a olvidar nunca. Éramos un grupo humano muy bueno, conservo amigos de entonces. Es la mayor alegría que he tenido, junto a jugar el playoff de ascenso a Segunda A", señala.

En Segunda B ha disputado en total unos setenta partidos. Fue un fijo para Tevenet, Eloy Jiménez y, este año con José María Salmerón, lleva diez partidos como titular. El capitán universitario considera que, "aunque tenemos que mejorar, creo que nos vamos a meter en la liguilla de ascenso otra vez. Y dependiendo de la suerte que tengamos... creo que tenemos posibilidades de acabar ascendiendo. Tengo esperanzas, si no no estaría jugando al fútbol. Nos lo merecemos".

Robles estuvo a punto de debutar con el primer equipo del Real Madrid en Copa del Rey, pero se lesionó el día antes en el hombro. "Me marcó López Caro como entrenador", recuerda. "Era un crío cuando estaba en el conjunto blanco, cualquiera se hubiera cambiado por mí entonces. Era un privilegiado, disfruté al máximo", afirma. Además, Robles considera que "soy el mismo de entonces, soy un jugador que lucha y trabaja por el equipo".