Según La Gazzetta dello Sport, el motor dentro del cuadro de la bicicleta ya ha sido superado por métodos más sofisticados, como la rueda trasera acelerada por un mecanismo electromagnético escondido en su llanta de carbono. Generaría menos potencia (entre 20 y 60 vatios) y sería notablemente más cara (200.000 euros solo la rueda), pero es completamente silencioso y salvo que se use en el último kilómetros es indetectable por el calor. «Con la electricidad se hacen más milagros que con la química», señala un ingeniero al que el deportivo italiano nombra como 'mister X' y que se ha convertido en su principal fuente de información en estas cuestiones. El mecanismo funcionaría con cables eléctricos escondidos dentro de la rueda trasera para crear una fuente electromagnética capaz de generar entre 20 y 60 vatios de potencia, suficientes para suponer una diferencia decisiva y «convertir a un ciclista profesional de nivel medio en un fenómeno». El sistema puede ser activado con un control remoto vía Bluetooth o automáticamente desde el monitor de frecuencia cardíaca del propio corredor.