De la misma manera que estar abajo en la clasificación puede provocar mucho nerviosismo en los jugadores, también puede pasar exactamente al contrario, es decir, que verse en lo más alto de la tabla y con una ventaja considerable sobre los adversarios pueda generar cierto punto de relajación, justo lo que no quiere un José Manuel Aira que ha demostrado en las últimas semanas que la palabra conformismo no existe en su diccionario. Es más, a pesar de la gran racha que llevan los granas con unos números espectaculares, el entrenador del Real Murcia ha decidido subir un peldaño la exigencia no solo con palabras, sino también con hechos.

Que un jugador tan importante como Carlos Álvarez fuera suplente como castigo después de sex expulsado hace dos semanas en Granada, que al preparador grana no le temblara el pulso para cambiar de un plumazo a Javi López y Rafa de Vicente tras la primera parte tan mala que hizo el equipo ante La Hoya y que haya realizado advertencias de manera pública, más o menos suaves, a algunos jugadores, son motivos más que palpables de que el máximo responsable del banquillo grana no está dispuesto a permitir que nadie se relaje dentro de una plantilla que no puede permitirse el lujo de pensar que ya tiene parte del camino recorrido cuando queda por disputar prácticamente toda la segunda vuelta.

Además de la suplencia de Carlos Álvarez, otro detalle del domingo dejó claro que Aira no parece dispuesto a 'casarse' con nadie. Tras una primera mitad en la que La Hoya fue mejor que el Murcia, el entrenador grana no se lo pensó para mover dos fichas de un plumazo. Javi López y Rafa de Vicente fueron al banquillo con la idea de recuperar el control de la pelota y del partido, para dejar su puesto a dos compañeros que, para desgracia de los primeros, lo hicieron mejor que los titulares. Cuando a José Manuel Aira le preguntan por el único jugador que no está cumpliendo las expectativas, el malagueño Javi López, el técnico murcianista responde con un «no solo Javi puede mejorar, que además lo reconoce y lo sabe, ya que todos mis jugadores pueden y deben mejorar de aquí al final de temporada», explicó Aira en la rueda de prensa posterior al triunfo ante La Hoya y en la que sí reconoció que los primeros cuarenta y cinco minutos de partido no fueron buenos y en la que llegó a comentar que «ya desde el calentamiento me han avisado de que no estábamos muy sueltos».

Encima los que salen del banquillo lo hacen bien y el jefe presume en este aspecto: «Todos los que salen desde el banquillo rinden bien y es una de nuestras virtudes». Esta frase que el leonés dijo en su rueda de prensa del viernes puede ir adquiriendo más importancia si en las próximas alineaciones surge alguna sorpresa de las que no se esperan los aficionados. Por destacar otro aspecto, el domingo disputó su tercer partido consecutivo como titular el lateral zurdo Jordi Hostench, cuando el puesto era propiedad de Pumar desde que comenzó la Liga. «Creemos que es bueno fomentar la competencia en esta zona y por eso estamos optando por Jordi (Hostench) en estos últimos partidos». De todas formas la suplencia de Pumar no hay que entenderla como castigo, ya que el curso anterior ocurrió exactamente lo mismo con Víctor Ruiz, quien al final solo disfrutó de partidos concretos para darle descanso a su compañero. El domingo en casa del filial del Betis se podrá saber con más certeza si lo de Pumar es lo mismo del año pasado, o quizás algo más.

Con frases como «a mis jugadores les tengo prohibido que miren la clasificación» y aumentando la exigencia huyendo del conformismo parecen ser dos aspectos que están resultando fundamentales para que todos los jugadores confíen al cien por cien en las decisiones de su entrenador.