Víctor Fernández seguirá al frente de la plantilla del FC Cartagena tras ser ratificado en la tarde de ayer por los propietarios del club albinegro. Le pidieron explicaciones por la trayectoria tan irregular y la pobre imagen ofrecida en los últimos encuentros, y le han exigido no solo buena voluntad en el trabajo sino resultados, lo que más hace falta para que la situación se reconduzca cuanto antes.

Paco Belmonte había citado al preparador en las oficinas del Cartagonova para oir sus argumentos, preguntarle si se siente con fuerza para seguir, y tratar de arrojar luz en un equipo que parece que no la encuentra.

Durante más de dos horas estuvieron conversando Belmonte, Deseado Flores y Sánchez Breis con el técnico y el mensaje ha sido nítido. La confianza en el entrenador se mantiene, de momento, «no hay plazos ni es un ultimátum en forma de un número de partidos. Quiero decir que nuestra opinión no es reversible en uno, dos o tres encuentros», afirmaba a la salida de la reunión Belmonte.

Dice el dueño que han tratado de «identificar los errores» para «tratar de cambiarlos de cara al próximo encuentro de liga».

«El último enfrentamiento fue malo y el propio Víctor asegura que no se identifica con lo que él espera del equipo», añadía el propietario del conjunto albinegro, para recordar que el técnico les ha dicho que se encuentra con fuerza y mucha confianza para darle una vuelta al equipo «queremos respuestas de forma inmediata y que el entrenador tenga argumentos para poder subsanarlo todo cuanto antes».

Lo que sí tiene claro es que en el momento en el que vean que no es posible mejorar los números del equipo con Víctor «no tardaremos ni un segundo en decírselo. Al igual que si el entrenador no se ve con fuerzas o con argumentos suficientes para poder avanzar, también nos lo dirá a la cara cuanto antes».

Paco Belmonte no entiende esos giros bruscos en la imagen de este equipo y ni comprende la escasa actitud que ofrecen en el campo. Quiere que la plantilla actúe como un equipo, algo que es posible que se haya visto en contadas oportunidades en la primera vuelta de la competición liguera.

Víctor se gana una nueva oportunidad para intentar evitar la debacle. Los propietarios, por su parte, tratan de mantener la estabilidad en una plantilla en la que nadie ha alzado la voz en contra del entrenador y, de paso, se ahorran un buen dinero en el finiquito del técnico, ya que, recordemos, el emeritense tiene contrato en vigor para esta temporada y la que viene.

En el club cartagenerista se desmenuzan de forma muy escrupulosa los gastos extras, ya que el FC Cartagena se encuentra inmerso en un proceso concursal en el que debe negociar con un buen número de acreedores una deuda que ronda los tres millones de euros. De ahí que cualquier movimiento que toque la caja de la entidad deba ser revisada por el administrador concursal antes de decidirse a dar el paso. Está claro que con Víctor también ha jugado este asunto antes de actuar.