El UCAM Murcia ha cerrado la primera vuelta de la temporada sin lograr el objetivo marcado por los dirigentes antes de iniciar el campeonato: entrar en la Copa del Rey. La plantilla se confeccionó con la consigna clara de dar un salto de calidad que no ha llegado. Para ello cambió de entrenador y solo introdujo tres jugadores nuevos -Facundo Campazzo, Vitor Benite y Serhiy Lishchuk-. Pero el equipo se ha vuelto a quedar en el camino pese a tener un fondo de armario mucho más completo y ha fracasado en el reto de estar entre los ocho primeros al ecuador del torneo. De hecho, ha llegado a la decimoséptima jornada con un siete victorias, una menos que las sumadas el pasado curso, mientras que otros equipos con un potencial mucho menor, como el Fuenlabrada, se han ido a las nueve y estará en la Copa de La Coruña.

Hay varios factores que han sido determinantes. El equipo tardó en arrancar no solo por el complicado calendario de la primera vuelta, con más partidos fuera de casa que dentro y tres rivales de Euroliga -Unicaja, Barcelona y Laboral Kutxa- en las seis primeras jornadas, sino también porque su entrenador, Fotis Katsikaris, inició el trabajo solo tres semanas antes del inicio por su participación en el Eurobasket con la selección de Grecia. A la plantilla le ha costado asumir el cambio de filosofía de juego, acumulando un retraso en su evolución que le ha hecho estar subido constantemente a una montaña rusa. Los jugadores han tardado en asimilar sus roles dentro del equipo, provocando altibajos en el rendimiento dentro los partidos, con 'desconexiones' fatales que han costado derrotas como las sufridas en la pistas del Manresa y el Tenerife o en casa frente al Gran Canaria. Además, no ha sido capaz de encadenar tres triunfos consecutivos, pero sí tres derrotas.

La irregularidad ha sido una constante en el rendimiento de la plantilla. Solo en un partido cinco jugadores han estado por encima de los diez puntos -Bilbao- y en otro -Fuenlabrada- el equipo tuvo una actuación coral, con todos sus integrantes aportando en diferentes facetas del juego, un hecho que debería haber logrado en más ocasiones teniendo en cuenta que la plantilla ha tenido siempre hasta cinco rotaciones de calidad e incluso seis desde la llegada de Vítor Faverani.

La incertidumbre que ha vivido Augusto César Lima por su incorporación al Real Madrid le ha pasado factura al equipo, ya que el brasileño, que siempre ha derrochado pundonor, no ha estado cómodo en esta situación y eso se han notado en su rendimiento. Otro de los jugadores interiores con un peso específico importante, Nemanja Radovic, pasó muchas jornadas sin encontrar su sitio en el equipo, mientras que a Serhiy Lishchuk, ahora lesionado, le costó coger la forma para convertirse en un relevo de garantías para Lima. José Ángel Antelo ha sido el más regular, elevado sus promedios anotadores hasta los 11 puntos, pero Víctor Arteaga se ha tirado la primera vuelta en blanco cuando se esperaba de él que diera un paso adelante.

En los puestos exteriores, Scott Wood es el claro ejemplo de esa irregularidad que ha lastrado al equipo. El estadounidense solo brilló con luz propia en el triunfo en la pista del Gipuzkoa. Sus problemas con las faltas personales le han sacado de forma prematura de muchos partidos, como demuestra el hecho de que solo haya disfrutado de una media de 18 minutos. El brasileño Vitor Benite ha pagado el peaje de ser su primera temporada en Europa, sufriendo altibajos lógicos que el equipo no ha podido contrarrestar poniendo sobre la pista otros argumentos. El protagonismo de Thomas Kelati ha ido disminuyendo, sobre todo en las cinco últimas jornadas, convirtiéndose en la última rotación. Por contra, Sadiel Rojas ha adquirido un papel de actor principal. Su aportación defensiva y reboteadora ha sido determinante, erigiéndose en el líder en estas facetas del juego. Es el cuarto con más minutos en pista de la plantilla y el exterior de la ACB más bajo (mide 1,93 metros) con mejor promedio reboteador (5).

Facundo Campazzo se ha convertido en el termómetro del UCAM, que como ha quedado patente de la temporada, no necesita de él que anote para lograr un triunfo, sino que sea capaz de dirigir con paciencia y defienda. La ansiedad por querer agradar, como en el caso de Lima, le ha pasado factura. Ha sido del jugador que más ha hablado Katsikaris, tanto para lo bueno como para lo malo, y el que más minutos ha estado en pista de todo el equipo, con una media de 25. Por su parte, del veterano Carlos Cabezas, que en Tenerife alcanzó los 500 partidos en ACB, se esperaba más y a él también le ha costado adaptarse a la exigencias de su entrenador, que lo ha hecho jugar muchos minutos en el puesto de escolta acompañando a Campazzo. El joven Alberto Martín, por su parte, ha vuelto a tener un papel testimonial.

Ahora llega la segunda vuelta, en la que el UCAM tiene otro reto: estar entre los ocho primeros para disputar por primera vez en su historia los play off. Y lo hace con un cambio importante en su plantilla, puesto que ya no tendrá a Lima. En su lugar está Vitor Faverani, capaz de aportar más en ataque, sobre todo en el uno contra uno y de espaldas al aro. La incógnita radica en si el ex de los Boston Celtics será capaz de igualar la intensidad defensiva de su compatriota. El primer examen de altura que tendrá el hispanobrasileño será este domingo, a las 12.30 horas en el Palacio de los Deportes, ante el Laboral Kutxa, que llega con el griego de 2,10 metros Ioannis Bourousis como líder.