El UCAM Murcia no provocó el milagro de la Copa del Rey tras perder en Tenerife en un partido que llegó a dominar con gran solidez en los dos primeros cuartos, pero que se le fue por la borda en el tercero sólo para fallar la última posesión que le podía haber dado el encuentro a pesar de todo.

De nuevo, el equipo de Katsikaris, pecó de no contar con más de un hombre importante fuera de casa, ya que está de sobra comprobado que los universitarios son mucho mejores cuando casi todos están involucrados.

Esta vez, Radovic fue el mejor del UCAM, y contó con la ayuda de Faverani y Rojas, pero se perdieron por el camino piezas importantes como Kelati, Benite, Campazzo, Wood, Lima o Antelo, que no tuvieron su mejor mañana, y eso lo notó el equipo hacia el final. Para el Tenerife fue crucial la aparición de Sekulic en los veinte últimos minutos.

Hasta que llegó la primera canasta de Faverani, los tiros de ambos equipos apenas habían tocado aro durante casi tres minutos. La tensión se palpaba definitivamente en el partido y, mientras que el UCAM llegaba a bonus muy pronto en el partido, al Iberostar el costaba poco jugar relativamente duro y anular el ataque murciano. Sin embargo, el equipo de Katsikaris colocó una importante ventaja dentro de un marcador bajo (3-13) gracias a tres triples consecutivos y al excelso trabajo del equipo en el rebote y, en especial, de Sadiel Rojas.

Pero con las rotaciones bajó el nivel defensivo levemente y, sobre todo, subió el acierto local, muy bajo hasta el momento. Pronto, Tenerife llevó el marcador hasta guarismos más convencionales (9-15) al final del primer cuarto, con protagonismo de O´Leary y Hanley. El comienzo del segundo cuarto empezó con un intercambio de golpes que mantenía a ambos equipos a tiro de piedra, con Tenerife por detrás por poco (16-22) y con la ventaja que le daba el tener a UCAM muy pronto otra vez en bonus por faltas personales, lo que les permitía hacer la goma en el marcador con mucha facilidad.

El marcador seguía evolucionando lentamente, gracias a unas espesas defensas que trababan el partido, pero en tres jugadas de ataque lúcidas de los de Katsikaris, con triples de Radovic y Kelati y canasa de Faverani el UCAM se escapó de nuevo (18-30). Radovic entró con fuerza en el partido con rebote y anotación para mantener intacta la ventaja a lo largo de los minutos (23-35). El Iberostar Tenerife no encontraba el camino al aro, topándose más de una vez con la intimidación y el poder al rebote de los visitantes además de con su propio desacierto.

Al descanso el UCAM Murcia conservaba una buena ventaja y una sensación general de solidez que mantener en los siguientres veinte minutos si quería conservar sus mínimas opciones de entrar en la Copa del Rey (28-40). Pero no salió con buen tono el equipo murciano a disputar el tercer cuarto: en defensa hacía aguas, a pesar de que Tenerife no hacía gran cosa, y en ataque Campazzo y Benite no eran capaces de hacer funcionar al equipo. El equipo local fue recortando diferencias poco a poco hasta empatar el encuentro (43-43) con un Blagota Sekulic responsable del parcial de 13-3 que cortó Lima. pero no fue suficiente para frenar la escalada tinerfeña.

Porque no tardó en tomar la iniciativa también del marcador (50-46) aprovechando el bajón defensivo murciano (dejando a los rivales anotar solos bajo la canasta) y también la pérdida de superioridad en el rebote que concluyó con un cuarto nefasto de 24-9 que acabó con todo el trabajo anterior del conjunto de Katsikaris (52-49).

Pero el UCAM comenzó el cuarto definitivo apretando en defensa y volvió a ponerse por delante (58-62). A partir de entonces, el encuentro volvió a igualarse, tanto en tensión como en el marcador, y el partido dejó paso a un periodo de igualdad en el cque cada canasta costaba y contaba, y en la que fue el momento de hombres como Faverani y Sekulic en uno y otro bando.

Con 70-69 en el marcador, el UCAM tuvo la última posesión para ganar el encuentro por duplicado, pero Campazzo no pudo completar primero y se llevó un tapón de O'Leary, para que después Lima fallara un palmeo que parecía claro para haberle dado la victoria a los de Katsikaris.