La transición que vive el Real Murcia con la designación de un nuevo consejo de administración tras el fallecimiento de Jesús Samper, presidente y máximo accionista de la entidad, parece que está obteniendo, a priori, el empujón que hacía falta para que la maquinaria se pusiera en marcha. Aunque todavía es difícil hablar de tener garantizado el millón de euros aproximado que hace falta para cubrir los gastos que quedan de la actual temporada, lo cierto es que las primeras medidas adoptadas por los responsables murcianistas están sirviendo, de momento, para aportar cierta estabilidad a un club que vive en la incertidumbre desde que el 18 de diciembre falleciera de manera inesperada quien ha sostenido a la entidad económicamente durante los últimos catorce años.

Lo primero que hizo el nuevo consejo fue reducir el precio de los abonos para la segunda vuelta, una decisión que ha permitido la creación de 1.159 carnés en un periodo de tiempo de apenas quince días. El único problema es que el último partido en casa, en el choque ante el Marbella, la afluencia de público no fue la que se esperaba con el movimiento que había existido en las taquillas, aunque también es cierto que fue la segunda mejor del curso, solo superada por el derbi ante el Cartagena. La única 'trampa' que van a tener los nuevos abonados es que sus carnés no incluyen el play off de ascenso, en lo que casi con toda seguridad será el plato más suculento del año. Dentro del consejo ya se ha puesto sobre la mesa la opción de establecer precios populares para los partidos decisivos para dar el salto de nuevo a la Segunda División, pero esta decisión todavía está en el aire, ente otras cosas, porque el equipo acumula una gran trayectoria, pero nadie puede asegurar que los granas tengan ya reservado el billete que permite luchar por el salto de categoría.

El domingo, con la visita de La Hoya Lorca en un nuevo duelo regional, será otra buena ocasión para demostrar si el resurgir del murcianismo va en serio o si las medidas se empiezan a quedar a medio camino, algo que nadie contempla en estos momentos, pero de lo que los jugadores son muy conscientes en el sentido de que muchas de estas medidas están enfocadas a que pueda ir recibiendo en tiempo y forma sus emolumentos mensuales.

Otra idea ha sido la de volver a ofrecer los palcos VIP del estadio a un precio de 5.500 euros en otra medida que, en un primer momento, ha tenido muy buena aceptación, ya que hasta cuatro empresas de la Región han reservado ya una de las zonas más coquetas del coliseo grana. Sin embargo, el domingo estarán ocupados cinco palcos privados, puesto que la entidad ya tenía contratado uno al comienzo de temporada.

El tercer paquete de medidas que ha propuesto y que baraja en otros casos el consejo de administración es buscar directamente la solidaridad de la gente, puesto que una de las iniciativas ha sido abrir una cuenta bancaria en la que algunas caras conocidas han desembolsado la cantidad simbólica, según ellos, de 1.000 euros, para tratar de aliviar los problemas económicos de la centenaria entidad. Asimismo, Guillermo Martínez Abarca, el presidente del Real Murcia, ya ha mantenido contactos tanto con gente muy importante del ámbito político como del empresarial para tratar de inyectar más liquidez a un club que no le queda otra que ascender a Segunda División sea como sea para estudiar el posible traspaso de las acciones al grupo o la persona que demuestre la solvencia que no ha demostrado hasta el momento ninguno de los candidatos que se han mostrado públicamente.

Por eso la presidencia de Abarca, tal y como argumenta el propio letrado murciano, debe basarse primero en obtener la liquidez posible a corto plazo, y después, garantizar el desembarco de alguien que, como mínimo, crea en el Real Murcia como para iniciar un nuevo proyecto que ofrezca unas garantías razonables de seriedad entre unos aficionados que ahora mismo, ya sin Samper, tampoco se fían de nadie.