En el UCAM Murcia se esperaba que esta temporada fuera la del despegue definitivo de Víctor Arteaga. Pese a que el pasado curso no contó para Diego Ocampo, quien este domingo (13.00 horas) visita el Palacio de los Deportes como técnico del Movistar Estudiantes, el club mantuvo en la plantilla al conquense, confiando en que definitivamente madurara y diera un salto de calidad. Sin embargo, durante la primera vuelta de la Liga ACB que está a punto de concluir, apenas se han tenido noticias del pívot de 2,13 metros de estatura. Solo ha jugado 3 minutos en un partido, en la pista del Real Madrid. Nada más.

Fotis Katsikaris no ha encontrado en el jugador la agresividad que necesita para el juego del UCAM Murcia. Por eso no ha entrado en las rotaciones. Arteaga se había aplicado este verano. Participó en Madrid en un campus de técnica individual con Sitapha Savané, el pívot del Gran Canaria. «He mejorado mi físico y he llegado muy bien», decía al inicio de la pretemporada el jugador formado en la cantera del Real Madrid. El técnico, por su parte, decía en una entrevista concedida a este diario decía sobre Arteaga y Alberto Martín que «en un equipo como el nuestro, que juega un partido a la semana, es muy complicado, casi imposible, tener una rotación de doce jugadores.Arteaga necesita tiempo para madurar, pero está en el camino y van a tener su oportunidad», expresaba. Sin embargo, esa oportunidad no ha llegado porque al jugador le ha faltado en los entrenamientos esa agresividad que proclamaba en pretemporada que iba a mostrar.

Hace dos semanas, con el fichaje de Vítor Faverani, el sacrificado fue Arteaga, que en los dos últimos partidos no ha sido convocado -Joventut y Fuenlabrada-. Pero el destino, debido a la desgracia de un compañero, el ucraniano Serhiy Lishchuk, quien estará de baja alrededor de un mes, ha provocado que el conquense vuelva a entrar en la plantilla y también cabe la posibilidad de que definitivamente ya no salga si Augusto César Lima es reclamado por el Real Madrid al final de la primera vuelta.

Arteaga, al que aún le queda un año más de contrato, sabe que quizás se encuentra ante su última oportunidad en el UCAM Murcia. Ahora tiene una reválida, algo muy difícil de conseguir en el deporte profesional. En el club siguen confiando en el jugador, pero la paciencia tiene un límite.