Está claro que una persona en solitario no puede conseguir salvar la élite de un deporte cuando se daba por muerto al fútbol sala en el cierre de la época de Mínguez&Sáez, pero sí que una persona puede tocar las teclas correctas para que aquel piano que ya se iba a quedar arrinconado bajo una manta de polvo vuelva a sonar música celestial. Fiel reflejo de todo esto recae en la persona de Roberto Sánchez Martínez de 47 años, quien logró sacar un equipo de la nada (sin presupuesto y sin jugadores) para evitar la desaparición. Generó la comunión perfecta con el entrenador Juan Carlos Guillamón y la firma de Plásticos Romero. Todo esto, sumado con el esfuerzo y tesón del actual presidente Richard, da como resultado un ejercicio de éxito que además de hacer crecer al club socialmente y creando escuela, el Cartagena Fútbol Sala es a día de hoy una entidad firme, consolidada y en puertas de que el primer equipo retorne a la Primera División.

¿Qué puesto ocupa usted en el club? Lo mismo está de corto en la pista que haciendo números sobre un PC.

A nivel de funciones soy el gerente del club. Hoy en día, cualquier club a este nivel tiene que contar con esa figura que aglutine muchas de las funciones que hay que llevar a cabo. Entre dos personas como Sonia Campillo (jefa de prensa) y yo llevamos todo lo inherente que mueve un club semiprofesional. Además de la parte administrativa, este año estoy realizando a nivel deportivo la función de segundo entrenador que no lo habíamos tenido antes.

¿Cuánto tiempo lleva vinculado a un club de élite en el fútbol sala?

Me incorporé en el club en el año 97, que fue en la temporada del ascenso. A través del entonces jugador Sergio Fernández y que ahora está en la directiva con nosotros. El me presentó a Antonio Mínguez y entré con la faceta de la jefatura de prensa.

Cuándo se cerró la etapa de Mínguez&Sáez ¿Qué le motivo trabajar para evitar que el club despareciera en un momento de crisis económica?

Mucho de locura, aunque fue un tema sentimental. La situación era para salir corriendo, pero me daba muchísima pena que el esfuerzo de tanta gente que ha pasado por el club se quedara en nada. El propio trabajo de Antonio Mínguez y Gine Sáez que fueron capaces de llevar el club a lo más alto hasta que no se pudo más o la afición que creció con nosotros. Era un sin sentido que Cartagena se quedara huérfano de este deporte de una forma tan cruel. Entonces pensé que se podía intentar. Se hizo y el tiempo nos ha dado la razón.

¿Cuántas horas diarias trabaja usted para el Cartagena Fútbol Sala?

Es muy difícil cuantificar el tiempo que se le dedica. Al final, mi vida es la familia y el fútbol sala. Sin esta dedicación es imposible mantener el nivel que hemos generado con dos personas.

Si usted por alguna razón se marcha del club ¿Cree que hay capacidad de reacción para ocupar su hueco?

No me lo planteo, pero seguro que sí. En Cartagena hay mucha gente que quiere a este deporte.

Pero los hechos hacen indicar que si usted no hubiese reaccionado cuando Antonio Mínguez se marchó, ahora no habría fútbol sala en Cartagena.

Es muy probable que no existiera este deporte de forma semi profesional en la ciudad. Conmigo fue un principio, fue un final y volvió a ser un principio. En aquel entonces no había ni jugadores, ni espónsor, pero se consiguió reanimar algo que parecía muerto. Para mí el fútbol sala en Cartagena siempre tuvo el respaldo con el trabajo de Antonio Mínguez y Gine Sáez. Gracias a ellos se llegó a lo máximo. Pero después de estas personas se encuentra Roberto Sánchez. Tengo que destacar que Roberto sin Plásticos Romero no es nada. Aguanté el primer año como pude y cuando peor estaba, apareció Juan Fernando Romero de Plásticos Romero con Juan Carlos Guillamón. También, por otro lado, el ayuntamiento de Cartagena nos está apoyando de forma incondicional.

¿La propuesta es el ascenso a Primera División?

Sí, se quiere ascender a Primera División. En otros años, la Federación nos ha invitado a ocupar plaza en la máxima categoría, pero no teníamos viabilidad ni estábamos preparados estructuralmente para tomar esa decisión que tiene tanta responsabilidad. Lo que está hablado es que nuestro espónsor, Plásticos Romero y el ayuntamiento de Cartagena quieren al equipo en Primera División. Estas son las apuestas claras que se han hablado de viva voz con Juan Fernando Romero y el alcalde de Cartagena, José López.

La temporada se encuentra justo en el ecuador. ¿Qué valoración tiene sobre la misma?

Sin duda, está siendo la mejor temporada en la nueva etapa del club. Es el mejor año desde que estamos en Segunda División. Ya no sólo por el aspecto deportivo, sino a nivel estructural, económico, masa social, gestión de patrocinadores o equipos de base federados. Todo este conglomerado hace que sea el mejor año sin duda. Desde que se descendió, se desapareció como club y empezó una etapa nueva en la que las líneas maestras estaban muy bien delimitadas. En base a estas líneas se ha trabajado y por eso contamos ahora con un club en muy buena salud.