El Real Murcia que dirige José Manuel Aira dejó ayer constancia de que tiene muy claro cuál es su papel, como mínimo, hasta final de temporada. En medio de unas Navidades en las que el fallecimiento de Jesús Samper, el presidente de la entidad, ha marcado un antes y un después por la gran incertidumbre que se ha generado sobre el futuro de la centenaria entidad, los jugadores murcianistas manifestaron ayer de manera pública sus intenciones después de conseguir una trabajada victoria frente a un Algeciras que no supo aprovechar las indecisiones de la defensa grana para haber hecho más daño. El triunfo permite al Murcia recuperar el liderato tras el 'pinchazo' del UCAM ante el Linense al mismo tiempo que los granas se coronan como campeones de invierno al darse ayer por finalizada la primera vuelta.

El Murcia del primer acto fue un equipo espeso que mantuvo el tipo de forma correcta para no conceder regalos, pero tras el paso por los vestuarios se pudo ver a unos jugadores lanzados a por la victoria de forma decidida en una semana clave en la que el miércoles toca visitar al filial del Granada tras aplazarse el choque por el fallecimiento de Samper, para recibir cuatro días después, el domingo, al Marbella en Nueva Condomina.

Aira apostó por repetir el equipo que tan buena imagen dejó en el derbi ante el Cartagena y efectivamente el centro del campo fue de color grana, ya que entre Armando y Rafa de Vicente, el control de la pelota era de los locales. El problema llegó como siempre ante los numerosos acercamientos al área rival, pero siempre sin concretarlos en nada peligroso, lo que siempre propicia que los rivales se vengan arriba.

Las internadas de Germán por la banda derecha parecían ser la mejor arma de un equipo que pisaba mucho el área visitante, pero que necesitó treinta y ocho minutos para tirar por primera vez entre los tres palos. Fue el lateral José Ruiz, un jugador que gana prestigio semana tras semana, quien se sacó un potente disparo para probar a Christian por primera vez en el partido. El hecho de que Chavero, el mejor jugador del Real Murcia, tuviera un partido discreto por tener que actuar más escorado a la banda, deslució un poco el juego de un equipo que, ahora sí, se puede decir que sabe perfectamente a lo que juega. Un cabezazo de Satrústegui en el minuto 31 y un disparo de Armando que se marchó alto cuando el árbitro señalaba el camino de los vestuarios fue de lo más reseñable de los locales. Con Rafa de Vicente como compañero, Armando parece sentirse más seguro y su acierto en los pases ha mejorado considerablemente.

El descanso del encuentro sí aportó el reposo y la eficacia que necesitaban los hombres de Aira. De hecho, al minuto de saltar al césped, apareció el de siempre cuando se trata de marcar goles. Gorka Azkorra no faltó a su cita para perforar la portería contraria y en un balón que no era precisamente el mejor para cabecearlo, aunque el bilbaíno le imprimió al balón la fuerza necesaria con la frente para inaugurar el marcador con un gol muy de la casa.

Sin embargo, la alegría para el público de Nueva Condomina duró diez minutos, porque el desarrollo del encuentro ya ponía de relieve que los murcianistas estaban sufriendo por la banda izquierda. De igual manera que José Ruiz parece multiplicarse en la banda derecha, con Fernando Pumar ocurre todo lo contrario. Al final, en el minuto 61, Chico encontró las facilidades necesarias para poner un centro que, de manera sorprendente, fue rematado sin ninguna oposición por parte de la defensa grana para que Joselu igualara la contienda. Al menos el Murcia encontró luz en un espacio donde suele haber bastante oscuridad. El guardameta Fernando, después de dieciocho jornadas, justificó ayer su salario al protagonizar una de las jugadas claves del partido, un mano a mano que se encontró de repente con el visitante Herrero. El canterano grana tuvo el aplomo suficiente para aguantarle a su oponente hasta que, poco a poco lo dejó sin espacio para marcar, obligándolo a disparar contra el cuerpo del cancerbero grana.

El susto que se llevó todo el equipo sí surtió el efecto que pedía José Manuel Aira desde la banda, corrigiendo constantemente a Pumar y lamentándose, posiblemente, de que no fuera el día de un Chavero que ya ha acostumbrado a la afición a ofrecer un nivel que ayer no se vio por diferentes motivos. Entonces Aira tomó una decisión sencilla, aunque no tanto para el preparador leonés. Decidió dar entrada al extremo zurdo Sergio García a falta de media hora para el final y entonces, ahora sí, el Murcia cambió por completo tanto en su juego como en sus prestaciones. Y fue curiosamente un centro de Sergio García, que rebotó en un rival, el que terminó con el balón en los pies de un Germán que hizo olvidar a todos su mala primera mitad con un gol de mucho mérito. El tinerfeño controló el balón de forma magistral con la pierna izquierda en la frontal del área y utilizó su pierna 'buena', la derecha, para poner el esférico donde Christian no podía llegar. Era el tanto que suponía volver a ponerse por delante en el marcador y el cuarto en la cuenta particular de un Germán que ya se ha consagradado como una de las mejores incorporaciones del pasado verano.

Con Sergio García poniendo en apuros a todo el Algeciras cada vez que tocaba el balón o que se inventaba un peligroso centro al área contraria, el cántabro le regaló un 'caramelo' de esos que no se desperdician a un Carlos Álvarez que en el minuto sesenta y seis volvió a quedar en evidencia al no ser capaz de batir a un portero rival que prácticamente ya se había vencido antes de ver incluso hacia dónde iba a ir el remate del delantero asturiano. Por suerte para Álvarez , su compañero Pumar se acordó de él en una jugada, en el minuto setenta y tres, ante la que el 'Guaje' solo tuvo que empujar el esférico al fondo de la red para dejar el partido visto para sentencia.

Al final José Manuel Aira fue fiel a su libro de estilo y no incluyó en el banquillo a ninguno de los tres jugadores que se acaban de recuperar sus respectivas lesiones. Por lo tanto, Isi, Fran Moreno y Sergi Guilló se quedaron fuera de la convocatoria, al igual que el defensa Sobregrau, quien tampoco estará el miércoles contra el Granada para evitar riesgos. Satrústegui ocupó el puesto del catalán sin desentonar ni mucho menos, pero todo el mundo tiene la sensación de que la pareja de centrales que más convence al entrenador es la formada por Ruso y Sobregrau.

La incógnita era saber cómo iba a reaccionar el equipo después del fallecimiento del presidente el 18 de diciembre y la sensación de incertidumbre que impera ahora mismo. Y la respuesta no pudo ser más reconfortante, pues los jugadores de José Manuel Aira no parecen estar dispuestos a levantar el pie del acelerador y ayer, con un partido menos, recuperaron el preciado liderato del Grupo IV de Segunda B.

Mejor pésame, imposible.