La desaparición de Jesús Samper, el empresario al que acudió el expresidente del Gobierno regional Ramón Luis Valcárcel para que pusiera en marcha el parque temático de la Paramount, deja huérfano un proyecto que se fraguó en el peor momento de la crisis y que desde el principio ha tropezado con todo tipo de impedimentos. Aunque Samper y Valcárcel pusieron la primera piedra del parque a finales de mayo de 2012, tres años y medio después siguen sin arrancar las obras de urbanización que la compañía Premursa Theme Park adjudicó en el verano de 2013. El parque debía aportar 22.600 puestos de trabajo, 16.500 en la fase de construcción y 6.101 en la de explotación, y contaría con hoteles, casinos y restaurantes, además de las atracciones basadas en las películas míticas producidas por la compañía de Los Ángeles. Las obras debían estar acabadas este año, pero Samper consiguió una prórroga del plazo para inaugurar el parque en 2016, que tampoco podrá cumplirse. A pesar de las dificultades, ha contado con el apoyo de la Paramount, que incluso le ayudó a contactar con fondos de inversión estadounidenses. La incógnita ahora es si la compañía mantendrá su respaldo.

A las trabas burocráticas que ha tenido que superar la iniciativa en el ayuntamiento de Alhama y en la Comunidad Autónoma se han sumado las dificultades para encontrar inversores dispuestos a poner dinero para financiar las obras. La situación financiera del imperio de Samper se complicó a partir de la primavera pasada con la entrada del grupo Santa Mónica Sports en un concurso de acreedores forzado por varios equipos de fútbol con los que tenía firmado contratos publicitarios.

En junio de 2013 también había entrado en concurso de acreedores la promotora inmobiliaria de Samper que había construido varias torres de apartamentos de Nueva Condomina. Tras la suspensión de pagos de Santa Mónica Sports Jesús Samper aclaró rápidamente que el concurso de su empresa matriz no afectaba a la promotora del parque, Premursa, aunque la decisión del Juzgado de lo Mercantil de Madrid tampoco ha ayudado al empresario a encontrar el capital que necesitaba.

El primer contratiempo surgió a la hora de comprar los terrenos que debía ocupar el parque. A pesar de que Alhama de Murcia tenía aprobado su Plan General de Ordenación Urbana y era posible disponer de suelo urbanizable sin dificultades, una de las fincas incluidas en la opción de compra, que representaba en torno a un tercio de los terrenos, acabó siendo descartada porque pertenecía a una empresa en concurso.

Entonces fue preciso añadir al parque otra propiedad colindante, cuya recalificación obligó a reiniciar los trámites burocráticos en el Consistorio y en la Comunidad Autónoma, dilatando la obtención de la licencia de obras definitiva.

Además, la sentencia del Tribunal Constitucional que obligó a recuperar los límites originales de los parques naturales retranqueados con la Ley del Suelo de 2001 ha dejado esta propiedad dentro del perímetro protegido de El Valle-Carrascoy. La sentencia ha dado lugar a un recurso de los ecologistas, aunque la empresa nunca llegó a dar demasiada importancia al pleito. Mientras tanto, el presidente del Real Murcia había realizado una inversión cercana a los 30 millones de euros, sumando a la compra de los terrenos el precio de la licencia de la compañía cinematográfica de Los Ángeles y la redacción de los proyectos.

Valcárcel había tratado de involucrar a los empresarios murcianos en el proyecto, al que atribuía la capacidad de situar a la Región entre los grandes destinos turísticos europeos, pero no llegó a conseguir el apoyo de la iniciativa privada para comprar la prelicencia que ofrecía la compañía cinematográfica para construir el primer parque temático con su enseña en Europa.

Por eso recurrió a Jesús Samper, que se asoció con el Gobierno a través de la compañía Proyectos Emblemáticos de Murcia, Premursa, constituida en septiembre de 2010 en el despacho del entonces consejero de Turismo, Pedro Alberto Cruz. La Comunidad entró a participar en el proyecto a través del Instituto de Fomento y de la sociedad Región de Murcia Turística. Con las sucesivas ampliaciones de capital que han ido produciéndose la participación del Ejecutivo regional ha quedado reducida al 0,54% de las acciones de Premursa, mientras que Samper alcanzaba el 99,46% restante.