­La muerte de Jesús Samper, máximo accionista y presidente del Real Murcia, abre un periodo de incertidumbre sobre la gestión de la entidad que ha estado en manos del madrileño en los últimos diecisiete años. La empresa Gestora Deportiva Murciana, poseedora de casi un 90% de las acciones del club centenario, tiene al abogado como administrador único, por lo que hasta que no se resuelva el cambio de manos nadie podrá afirmar a quién pasará el control de la institución y cuál serán los siguientes pasos a seguir. Será la familia de Samper, su hijo Gonzalo, su hermano Juan Antonio y su sobrino Juan Antonio, quienes llevan años apoyando al presidente en el consejo de administración de la sociedad, los que continuarán trabajando para sacar adelante el proyecto en el que siempre creyó el propio Jesús Samper, quien mantuvo una y otra vez que haría lo posible para evitar la liquidación y que estaba seguro que tomando las decisiones adecuadas podría ir salvándose todos los escollos.

Aunque la muerte le ha pillado de forma precipitada, los últimos pasos dados por el máximo accionista, parecidos a las migas de pan del cuento de Hansel y Gretel, pueden enseñar el camino a seguir, y es que es tan importante el acuerdo al que Jesús Samper llegó con el 60% de los acreedores para aplazar los pagos del convenio durante cinco años más como la ampliación de capital que estaba prevista ser aprobada el pasado viernes, mismo día que el corazón del madrileño se apagó y dejó al murcianismo helado y lleno de dudas.

Ahora, teniendo en cuenta la conmoción del fallecimiento, lo que habrá que hacer es dejar pasar unos días para empezar a ir definiendo los pasos a seguir para que la normalidad institucional, por la que tanto luchó Jesús Samper, vuelva al Real Murcia. Será el consejo de administración, con Guillermo Martínez Abarca (vicepresidente), Romeo Cotorruelo, Juan Antonio Samper, Gonzalo Samper y Juan Antonio Samper de Miguel, todos ellos vocales, el que afronte las primeras reuniones para tomar las decisiones oportunas para seguir adelante sin Jesús Samper. Posteriormente se tendrá que fijar nueva fecha para la celebración de la Junta de Accionista que iba a tener lugar el pasado viernes y que quedó suspendida por el fallecimiento.

A falta de información, lo más normal es que el apellido Samper asuma todas las responsabilidades para garantizar la continuidad de la entidad mientras que no llegue la persona capaz de asumir el control. Y para ello será fundamental la ampliación de capital diseñada por Jesús Samper y su equipo de trabajo. Porque todos aquellos que dicen estar interesados en tomar el mando de la nave grana lo tienen ahora más fácil que nunca. Una vez que se saquen las acciones a la venta, solo tendrán que acudir a las oficinas y poner cinco millones de euros -valdría incluso con cuatro millones- para que la familia Samper salga definitivamente del consejo de administración del Real Murcia.