Con grandes partidos, se vence ante los mejores conjuntos de la categoría. El UCAM Murcia derrochó coraje, ambición y sobre todo mucho, mucho físico para salir a por todas ante un rival directo como es el Cádiz CF.

La victoria por 2-0, balsámica, con buen juego, y sentenciada en las postrimerías del encuentro, coloca al UCAM como líder provisional a expensas de lo que haga el Real Murcia en el duelo aplazado para las próximas fechas ante el Granada B.

El choque, que arrancaba tras un respetuoso minuto de silencio en memoria del fallecido presidente grana Jesús Samper, trajo un inicio marcado por varias ocasiones claras de gol, especialmente por parte del UCAM, que invitaban a presagiar un duelo vibrante. Pablo Pallarés tuvo la primera tras introducirse en el área a través del costado izquierdo y disparar hacia el arco de Alberto Cifuentes, ex portero del Real Murcia. El potente lanzamiento del valenciano, que rechazó ligeramente el defensor cadista Aridane, era repelido por el portero albaceteño.

En la jugada posterior, una gran internada del lateral amarillo Juanjo, que jugó a gran nivel especialmente en labores ofensivas, era controlado prácticamente por Lolo Plá en la frontal del área pequeña, pero su disparo se estrelló contra Escalona, guardameta del UCAM. Y justo después, en el minuto ocho, llegó el primer tanto para los universitarios. Una gran jugada de Manolo, que dejaba de tacón para Nono a unos veinte metros de la portería de Alberto, era controlado por el extremo andaluz, que disparó potente desde la frontal hacia el arco del ex grana. El lanzamiento, cuya trayectoria fue desviada por el central Josete, despistó a Alberto, que vio como el balón se introducía en la portería lejos de su alcance.

El UCAM veía recompensado su esfuerzo inicial, y trabajaba intensamente en el medio campo para evitar la creación del juego gaditano. En esta faceta, tanto Checa como el jugador de Bullas Manolo, que volvió a ser titular tras su gran encuentro ante el Linares, realizaron un despliegue defensivo culminado con una contención estratosférica que anulaba el gusto por el toque de jugadores cadistas como Abel Gómez y Garrido.

No obstante, el Cádiz adelantó líneas y obligó al UCAM a trabajar, llevando el choque a un juego muy físico e intenso. La banda derecha del cuadro gaditano trajo mucho peligro a los universitarios, obligando a Góngora, que siempre es un puñal en banda izquierda, a centrarse en labores defensivas. Tanto Juanjo como Salvi se hincharon a enviar centros desde el costado diestro, y provocando demasiado trabajo a Escalona que, sin embargo, estuvo muy acertado en todos los balones aéreos que le llegaron.

Gran defensa y posterior sentencia

El UCAM supo defenderse y contragolpear, y lo hizo a un nivel excelso. Salmerón, técnico universitario, justifica el juego de su equipo en la defensa con balón para evitar sufrimientos innecesarios, y a pesar de que en ciertas fases no pudo hacerlo con comodidad, únicamente sufrió el peligro del cuadro gaditano en una jugada que acabó en el larguero de la portería de Escalona. En el minuto 53, Güiza disparó con potencia y precisión sobre el arco del UCAM desde la media luna del área, estrellando el esférico contra el travesaño y llevando el ´uy´ a la grada.

Sin embargo, la escuadra murciana se repuso y pudo estirarse gracias, en una medida descomunal, a la entrada de Isi Ros. El extremo murciano volvió a disfrutar de unos minutos que se ha ganado a pulso, ya que saltó al césped en el minuto 61 sustituyendo a Iván Aguilar.

El propio Isi falló una clarísima ocasión en la que aun estará pensando. Un despeje largo de la zaga del UCAM fue presionado por el jugador murciano, que arrebató el cuero a Josete y se plantó delante del guardameta Alberto, solo, para errar en la definición tras una vaselina que se marchó fuera por poco.

A pesar de esto, el UCAM siguió produciendo contragolpes que solo encontraron premio en el minuto 90. Góngora efectuó una gran recuperación en medio campo, el lateral diestro Tekio relanzó la jugada por la derecha, puso un pase medido al espacio, y Pallarés, dentro del área, resolvió batiendo a media altura ante Alberto.

El UCAM escuchó el pitido final relajado y muy satisfecho tras una victoria que le vuelve a encaramar, aunque provisionalmente, en lo más alto de la clasificación.