La Hoya Lorca y el Granada B se repartieron los puntos en un partido mañanero, donde ninguno mereció ganar. Los visitantes fueron muy rocosos de medio campo hacia atrás, pero sin ideas a la hora de atacar. Los locales, por su parte, regalaron el gol, pero casi nunca tuvieron el dominio del partido. Tan solo en el tramo final del mismo, y con Pardo como improvisado delantero centro, La Hoya pudo ganar. El empate, muy justo.

En la primera parte el filial del Granada lo hizo mejor que La Hoya Lorca en todos los aspectos. El entramado táctico que propuso José Miguel Campos, entrenador visitante, estuvo muy por encima del que mostró el local Paco García, quien cumplió su segundo partido de sanción y dirigió a los suyos detrás del banquillo. El filial granadino ganaba todos los balones divididos, gracias al poderío físico de sus jugadores, y era el dueño del medio campo. La defensa rival jugó muy adelantada, asumiendo muchos riesgos, ya que nunca rifaba el balón. Siempre querían salir con el cuero controlado, aunque sintieran el aliento en la nuca de los atacantes locales. Paco García siguió confiando en los bajitos, intentando rasear el balón, pero la presión agobiante de los visitantes impidió cualquier incursión.

Todo apuntaba que los balones parados cobrarían importancia, pese a que el Granada B tenía más posesión y estaba mejor colocado en el césped, y La Hoya Lorca tampoco dio muestras de peligro. Los hoyeros intentaron tener el balón. Poley, Álex Bernal y Pardo no lograban conectar con los hombres de banda y ataque. La asfixiante presión de los visitantes no dejaba grietas por ningún sitio. Las únicas acciones de peligro de los locales llegaban cuando los defensores visitantes perdían el balón a la hora de intentar jugarlo desde su misma área. Ante la imposibilidad de penetrar por las bandas, los de Paco García se vieron obligados a utilizar el juego directo, pero ahí ganaba siempre la corpulencia de los visitantes. En el minuto diecisiete, se reclamó un penalti en el área granadina por un posible derribo sobre Carlos Martínez. Eran acciones complicadas para el colegiado por la gran diferencia física etre los jugadores de uno y otro equipo. El partido era soso y feo para los pocos espectadores que se dieron cita. Sin gracia, sin chispa, sin ocasiones.Se veía que el gol solo podía llegar en despistes y balones parados. Y fue lo primero. Salcedo sacó con la mano sobre Antonio López, pero se produjo un mal entendiemiento entre ambos y se aprovechó el exjugador de La Hoya, Ibrahim, quien robó y sirvió en bandeja a Nabil cuando restaban seis minutos para el descanso.

En la segunda parte el duelo siguió aburrido y el ambiente, muy frío. Nada que echarse a la boca.Demasiados minutos sin que se produjera ningún acercamiento a las porterías. En el sesenta y tres,Poley ejecutó una falta y esta vez sí llegó el peligro. Carlos Martínez ganó el balón por arriba, pero su cabezazo salió rozando el poste.

A partir de ahí, Paco García, fue a por el marcador y a la heroica. Colocó a Edu Alarte en el medio centro y se inventó un delantero centro, Pardo. Y Le salió bien. En el minuto ochenta pudo llegar el empate, con estos dos jugadores como protagonistas. Edu Alarte cedió a Pardo y éste, dentro del area, disparó pero detuvo Dimitrievski. Fue un aviso, porque tres minutos después,llegó el empate. Omar controló en el costado derecho y los defensores visitantes se quedaron parados, pensando que el jugador local estaba en fuera de juego. El de La Hoya cedió a Pardo, quien marcó a placer y espoleó a los locales para buscar la victoria en los últimos minutos. Omar tuvo la oportunidad tras llevarse un balón y ejecutar un venenoso disparo, pero Dimitrievski, de nuevo, repelió el cuero. Sin embargo, pese a ese empuje final de los hoyeros, el empate ya fue inamovible.