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Randy Owens, el primer jugador estadounidense que pisó Murcia en enero de 1985, ha fallecido a los 56 años de edad víctima de un cáncer. Según anunció ayer tarde Roger L. Leysath Sr., un amigo del genial alero que marcó época en la Región, «el Centro Recreativo Danny E. Rumph II de Filadelfia», un colegio de niños con problemas de adaptación social del que era director, ha perdido a uno de sus «hermanos». Justo cuando se iban a cumplir 30 años desde que llegó a Murcia, donde estuvo casi cinco años y dejó infinidad de amigos, el corazón de Owens ha dejado de latir después de varios meses hospitalizado.

El estadounidense es un ídolo para todos los que se engancharon al baloncesto en los primeros años del entonces Júver y ahora UCAM Murcia. Llegó cuando el equipo estaba en Tercera División y necesitaba un revulsivo para intentar el ascenso de categoría en la primera temporada de la historia de la entidad. Owens, quien debutó con la camiseta del equipo 19 de enero de 1986, marcó grandes hitos en la Región. En su primer partido, en Torre Pacheco, anotó 50 puntos, pero conforme avanzaban las jornadas de aquella categoría formada exclusivamente por equipos de la Región, su producción fue creciendo. En Salesianos hizo 67 puntos y unos días después, ante un equipo que se denominaba CB Murcia, se fue hasta los 76, un récord que aún perdura. Gracias al impulso que dio al baloncesto, aquella temporada siempre será recordada por el lleno en un partido contra el Cebé Cartagena en el Pabellón Central en un choque que fue televisado.

Owens, que nunca olvidó su paso por Murcia, donde caló hondo y se convirtió en un ídolo, era un alero que había jugado en la Universidad de Filadelfia y que fue drafteado por los Indiana Pacers, de la NBA. No llegó a debutar en la liga más importante del mundo y se fue a un equipo de la CBA, donde se convirtió en el líder en anotación. Entonces decidió marcharse a la aventura y recaló en un equipo de Filipinas hasta que en diciembre de 1985, un representante, Miguel Ángel Paniagua, le llamó para que se viniera a Murcia. «Me trataban como a una persona, increíble, increíble», afirmaba Randy Owens en una entrevista al periodista murciano Pedro Serrano que publicó el portal basket.com. «Tenía otros lugares donde podría haberme ido, ofertas en Bélgica y en otros sitios, pero no sé por qué, la pasión en Murcia era tal, que decidí ir allí», recordaba con añoranza en la misma entrevista el alero, que después de acabar su etapa en Murcia se marchó a Israel, continuó en Austria, Venezuela y acabó su carrera deportiva en Argentina.

Después de aquella primera temporada en Tercera, Owens firmó un contrato por tres campañas con el Júver pese a que había dudas de si podría rendir igualmente en Primera B. En los dos siguientes cursos, acabó promediando unos 32 puntos por partido, despejando las dudas que había sobre su rendimiento.

Su implicación con la ciudad fue tal, que incluso llegó a abril un bar: «Abrí el bar ´Tres puntos´, con un buen amigo mío, Manolo, porque yo lanzaba murcho de tres puntos», recordaba.

Lo peor para Owens fue el día de su adiós a Murcia: «Ellos pensaron que necesitaban a otros americanos. Yo sabía que era suficientemente bueno para jugar, pensé que podría ponerme a tono, que podría trabajar y hacer el esfuerzo en Murcia, y de hecho, creo sinceramente que merecía ir a un nivel superior, pero ellos pensaron que me tenía que marchar. Todavía amo a Murcia, todavía amo la oportunidad que tuve de jugar allí, todavía amo a la gente de allí, todavía me conmueve la gente de allí», recordaba Owens en la misma entrevista.

«Era una figura sensacional. No se negaba jamás a nada. Había caído en nuestras manos un mirlo blanco», recordaba en una entrevista a LA OPINIÓN Manrique Cos, quien fue el primer entrenador del estadounidense en Murcia. «La categoría siempre la encuentras ligada a la sencillez y eso era lo que pasaba con Randy Owens. Muchos días, para que se adaptara, venía a casa a comer. Y el comedor se convertía en un colegio porque todos los niños venían a verlo. Él nunca se negaba a nada», recordaba Cos de un jugador que se convirtió en leyenda.

Iba a volver a Murcia por el 30 aniversario

Randy Owens tenía previsto realizar un viaje a Murcia en los próximos meses para participar en unos actos con motivo del trigésimo aniversario del club. Personal del club y miembros de la Asociación de la Prensa Deportiva habían localizado en Filadelfia al jugador, al que le habían transmitido el deseo de que acudiera a los actos, algo a lo que había accedido con mucho gusto. Sin embargo, el fallecimiento repentino va a impedir que cumpliera uno de sus sueños. «No hay día que no recuerde el pasado y que no me acuerde de Murcia. Amo Murcia, de verdad», decía en Basketme en la última entrevista para un medio de comunicación que había realizado.

El club, como publicó este diario, cumplió el pasado 22 de octubre 30 años desde que disputó su primer partido oficial, que fue en el Pabellón Príncipe de Asturias contra el Salesianos de Cartagena.

Los responsables del UCAM Murcia están estudiando realizar un homenaje a un hombre que marcó época en la ciudad.

Creó una fundación tras morir su sobrino con 21 años

Randy Owens, que antes de ser director del Centro Recreativo Danny E. Rumph II de Filadelfia había trabajado en los juzgados de la misma ciudad, vivió hace unos años un episodio trágico cuando su sobrino, que tenía 21 años, falleció jugando la baloncesto: «Tenía un problema en el corazón, pero no lo sabíamos. Fue muy duro para la familia», recordaba. A raíz de aquél episodio, Randy y su hermana, la madre del chico, crearon una fundación para promover que los jóvenes de Filadelfia se hagan chequeos para evitar muertes repentinas.